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La Audiencia Provincial estima que no es necesario ni proporcionado que Errejón entregue su móvil

El juez que instruye la causa contra el expolítico por una presunta agresión sexual ha tomado declaración como testigos a dos peritos

 La actriz Elisa Mouliaá a su llegada a los juzgados madrileños de Plaza de Castilla el 16 de julio, para declarar ante el juez que investiga un presunto delito de agresión sexual a la actriz por el exdiputado de Sumar Íñigo Errejón.
Julio Núñez

La Audiencia Provincial de Madrid considera que la reclamación del juez Adolfo Carretero, instructor en la causa contra Íñigo Errejón por la supuesta agresión sexual contra la actriz Elisa Mouliaá, de que el expolítico entregue su móvil para su análisis “no es proporcionada” ni “necesaria”.

La Audiencia da la razón al exportavoz de Sumar en un auto firmado este jueves y al que ha tenido acceso este periódico. Carretero solicitó en febrero a la Unidad Central de Investigaciones Tecnológicas de la Policía Nacional analizar “los terminales informáticos” de Errejón y Mouliaá para verificar los pantallazos que reflejan las conversaciones que ambos mantuvieron, y también la de la denunciante con varios testigos y las capturas con las publicaciones de la actriz en la red social X (antes Twitter).

El expolítico se negó y presentó un recurso que resuelve ahora el tribunal provincial. El auto justifica su decisión en que el acusado presentó las comunicaciones a través de un acta notarial, que no fue impugnada la veracidad de estas por la acusación particular y que las comunicaciones por X “no exigen el análisis de su terminal telefónico”.

Esta resolución es otro de los apéndices del caso Errejón, que en los últimos meses se ha convertido en uno de los más mediáticos en los juzgados madrileños de Plaza de Castilla. El procedimiento, instruido en el Juzgado de Instrucción 47 de Madrid, ha continuado este jueves con la declaración como testigos del terapeuta Omar Rueda y el psiquiatra Alfredo Calcedo Barba. Ambos han respondido a las preguntas sobre los informes presentados por Mouliaá, que reflejan la presunta agresión sexual que sufrió a manos del exportavoz durante una fiesta en Madrid en octubre de 2021.

Omar Rueda ha afirmado, según fuentes presenciales durante la declaración, que la actriz acudió a su consulta cuatro días después de la supuesta agresión y le dijo que tenía un problema con un político, que era un narcisista. El terapeuta ha añadido que Mouliaá no se sintió con fuerzas para seguir conversando de ello y que, en ese momento, no le relató nada de los presuntos abusos. Solo habló del tema varios años después, cuando el año pasado la presentadora de televisión denunció públicamente a Errejón, y para explicarle que no se sentía apoyada por su familia.

Calcedo Barca ha ratificado el informé que elaboró donde contradecía los argumentos y la metodología de los especialistas que han tratado a Elisa Mouliaá. En dicho informe, Calcedo concluía que la actriz tiene una “conducta incongruente”.

El caso de Errejón se ha visto sacudido las últimas semanas por la filtración a comienzos de mes de varias conversaciones de WhatsApp (mensajes de texto y varios audios) entre la actriz y una de las testigos de la fiesta, la propietaria de la vivienda donde se celebró el evento. De su contenido se extrae que ambas habían sido amigas, pero que desde 2022 la relación empeoró hasta llegar a rozar la enemistad. Dejaron en ese momento de hablarse y solo retomaron el contacto a comienzos de 2025, cuando Mouliaá le escribió para preguntarle si la testigo estaba hablando con la defensa de Errejón.

A partir de ese momento (febrero) y hasta abril, se cruzan decenas de mensajes y discuten sobre la denuncia de Mouliaá contra Errejón, lo que sucedió aquella noche y sobre la futura declaración de la testigo ante el juez. La también presentadora actriz le pide a su antigua amiga que, tras ser citada como testigo, no declare nada que pueda perjudicarla y provocar que el juez dictamine que ha interpuesto una denuncia falsa: “Lo único que te estoy pidiendo es que no digas cosas que puedan ir en mi contra, que cuentes lo que viviste, que no te diste cuenta, que yo no mostré malestar, que pensabais que era mi ligue, no hay que maquillar la realidad”. También le escribe: “Limítate a decir lo que te conté”.

La testigo le pide en varias ocasiones que no contacte con ella y se muestra molesta cuando Mouliaá le insiste en que se ciña a declarar lo que esta le narró acerca de la agresión. “Que no me digas lo que tengo que decir (...) Me limito a los hechos de lo que vi y viví. Lo que vi y que me contaste es que fue un tío que fue a saco”, le contestó la testigo. La denunciante le apostilla en varias ocasiones: “Nadie os ha pedido que mintáis”.

La pareja de la testigo también estuvo presente en la fiesta y fue citado como testigo el 20 de junio. En su declaración, este hombre confirma que Errejón contactó con él antes de la citación para hablar, entre otras cuestiones, de “el plan” del día de su declaración ante el juez, como la hora y la sala del juzgado. El magistrado ha adelantado este jueves que solicitará en septiembre que este testigo entregue las comunicaciones que mantuvo con Errejón.

Tras la filtración de esta conversación, la defensa de Errejón presentó este lunes un escrito ante el Juzgado Número 47 de Madrid, en el que se instruye la causa, en el que acusa a la presentadora de mostrar una “conducta coactiva e intimidatoria” con la testigo, y solicita al instructor que investigue a la presentadora por un delito de obstrucción a la Justicia. “Basta leer la totalidad de los mensajes intercambiados entre ambas para verificar el contexto de coacción e intimidación en el que se desarrolla toda la conversación”, señala el escrito del acusado.

La causa contra Errejón por agresión sexual comenzó en octubre de 2021, después de que la periodista Cristina Fallarás publicase en su perfil de Instagram el testimonio de una mujer anónima que no afirmaba haber sufrido violencia sexual de “un político que vive en Madrid” al que definía como “el indignado social” que “nunca saca la cabeza los días del 8-M”. No citaba a Errejón, pero dos días después, por sorpresa, el entonces portavoz de Sumar anunció que dimitía de todos sus cargos y abandonaba la política y reconocía haber “llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona”. Fallarás, tras conocer la dimisión, afirmó que había recibido relatos de abusos sexuales de otras ocho mujeres.

Pero solo Mouliaá ha sido la única que lo ha denunciado públicamente y luego en los tribunales. En sus redes, la actriz publicó que no lo había hecho antes por temor. Los sucesos se produjeron una noche de septiembre de 2021, en una fiesta a la que ambos habían acudido juntos tras la presentación de un libro de Errejón. Hasta ese momento, ambos no se conocían. Mouliaá relató en su denuncia que al llegar al edificio el entonces diputado la agarró cuando estaban los dos solos en el ascensor “fuertemente de la cintura” y comenzó a besarla “introduciéndole su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta”. Ella, en ese momento, se sintió “muy intimidada”.

Más tarde, ya en la fiesta, según el relato de la denunciante, el diputado se dirigió a ella, que estaba bailando con otro chico, “la agarró fuertemente del brazo y la llevó por la fuerza durante unos seis metros, por un pasillo, hasta introducirla en el interior de una habitación de la casa”. Una vez dentro, “cerró con pestillo la puerta, para impedir que pudiese escapar”, la besó y la tocó por distintas partes del cuerpo, especialmente los pechos y los glúteos sin su consentimiento. Luego, la tumbó en la cama y le mostró su pene.

Después se fueron en coche al domicilio de Errejón y allí, según el testimonio de Mouliaá, volvió a intentar tener relaciones sexuales, pero ella le recriminó su comportamiento y le dijo que le estaba haciendo sentirse violentada. El político le pidió perdón y la actriz llamó a un taxi y se marchó. Días después, según una captura de mensajes que adjuntó Mouliaá en su denuncia, la actriz relató parte de lo sucedido a una amiga.

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Sobre la firma

Julio Núñez
Periodista de Casar de Cáceres. Escribe en EL PAÍS sobre tribunales. Desde 2018 y hasta la actualidad investiga el escándalo de la pederastia en la Iglesia, trabajo que en 2022 obtuvo el Premio de Periodismo Ortega y Gasset.
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