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Se busca al asesino de cigüeñas que tirotea nidos en un pueblo de León

La Guardia Civil investiga la aparición de varios ejemplares hallados muertos a balazos en varios puntos de Sopeña de Carneros

Intervención realizada en los nidos de cigüeña en los que han matado ejemplares en Sopeña de Carneros (León).
Juan Navarro

En Sopeña de Carneros viven unas 90 personas y probablemente una de ellas sea una asesina de cigüeñas. Esta pequeña pedanía de Villaobispo de Otero (León) ha visto cómo varios ejemplares han sido hallados muertos en los enormes nidos que preparan estas aves en torretas eléctricas, torres, tejados o cualquier infraestructura. La investigación del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha revelado, grúa para escalar y corte de la corriente mediante, que esas aves murieron por impactos de bala, esto es, que alguien ha disparado una escopeta o una pistola u otra arma de fuego para acabar con esos ejemplares. La legislación prohíbe dañar, y menos aún matar, a una cigüeña blanca, especialmente, en este caso, porque varias de ellas se encontraban en periodo de reproducción.

La investigación la está llevado a cabo el servicio territorial de Medio Ambiente de León tras conocerse el avistamiento de varias cigüeñas muertas en los nidos de Sopeña de Carneros, particularmente en algunos ubicados en postes de hormigón de donde se enganchan los cables de tensión.

Las fotografías de la intervención revelan un amplio despliegue: participaron agentes medioambientales de Astorga, colaboraron bomberos de la Diputación del parque de Astorga, varios miembros del Seprona y personal de las empresas que permitieron actuar en las torres eléctricas. La compañía colaboró al cortar la energía, asistir al proceso y evaluar la zona por si había más aves muertas o restos mortales de ellas.

A los nidos, a varios metros de altura, ascendieron mediante una plataforma elevadora que controlaron los bomberos. Los ejemplares hallados sin vida se derivaron a un centro de recuperación de la naturaleza, ubicado en Valladolid, para someterlos a necropsias y análisis veterinarios que demostraron lo sospechado: habían muerto a disparo limpio.

Las radiografías, según el área de Medio Ambiente, resultan “preocupantes” porque en todos los ejemplares salvo en uno han encontrado “la presencia de esquirlas metálicas compatibles con heridas provocadas por proyectiles de cartuchería metálica, lo que apunta a que las cigüeñas habrían sido disparadas en sus propios nidos”. Las aves víctimas de estos tiros eran adultas y había varias hembras, alguna de las cuales estaba formando huevos.

Los análisis toxicológicos no plasmaron niveles altos de contaminantes compatibles con envenenamientos, si bien en una de las cigüeñas se registró un volumen muy alto de DDE 4,4’, un compuesto derivado del pesticida DDT “cuya presencia se atribuye generalmente a procesos de bioacumulación y no a una intoxicación directa”, lo cual revela que este tipo de fauna y mucha otra se encuentra expuesta a toxinas dañinas utilizadas para cultivos de consumo humano.

La cigüeña blanca es una especie silvestre protegida, pues se encuentra en el listado de especies silvestres en régimen de protección especial y sometida a una amplia protección a escala nacional y europea debido a su importancia ecológica y control de hábitats dada su dieta de pequeños roedores, algunas carroñas, anfibios o reptiles.

Medio Ambiente ha incidido en que está prohibido cualquier acto que pueda “perjudicar a la cigüeña blanca y sus hábitats, como dañar y destruir nidos, huevos o pollos, especialmente durante la época de reproducción”. Esto incluye rotundamente la muerte, su captura o el comercio tanto con ellas como con nidos, huevos o plumas.

Tampoco se consienten aquellas acciones que puedan perturbarlas, particularmente en su fase de reproducción e invernada. El estudio de las esquirlas metálicas encontradas en los cadáveres aviares contribuirá a esclarecer la autoría de este grave delito de maltrato animal y los detalles de quién ha podido ser el causante, lo cual se sigue investigando.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.
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