Ir al contenido
_
_
_
_

Sánchez abandera la oposición al 5% en gasto militar que exige Trump a los países de la OTAN

España reclama una cláusula de exclusión sin precedentes en la cumbre aliada de La Haya

El presidente español, Pedro Sánchez, a la derecha, charla con secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en mayo pasado en Tirana (Albania).Foto: FERNANDO CALVO (EFE) | Vídeo: EPV
Miguel González

España ha decidido dar un paso adelante y parar el cronómetro que, este viernes, hubiera llevado a aprobar el compromiso de destinar el 5% del PIB a gasto militar o vinculado a la defensa en 2035. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, remitió el miércoles a las 32 capitales el borrador de la declaración que se hará pública tras la cumbre que, los próximos martes y miércoles, celebran en La Haya (Países Bajos) los jefes de Estado y de Gobierno de los países aliados; la primera de Donald Trump tras su regreso a la Casa Blanca.

El procedimiento de aprobación era el silencio positivo. Si nadie se oponía en 48 horas, la declaración se daba por definitiva. Pero Pedro Sánchez levantó el dedo y paró el reloj. Ahora las negociaciones deben reiniciarse, quizá hasta la misma víspera de la cumbre.

Fuentes de la OTAN aseguran no entender cuáles son las demandas concretas de España y alegan que el secretario general ha hecho importantes concesiones. La primera, dividir el 5% de aumento exigido por Trump en dos porciones; un 3,5% de inversión estrictamente militar y otro 1,5% para gastos vinculados a defensa en una especie de cajón de sastre donde cabe todo, incluidas aquellas partidas (como ciberseguridad o protección civil) que reclama España. La segunda, ampliar el plazo desde el 2030 previsto inicialmente al 2032, primero, y al 2035, finalmente. Por último, una previsión de revisar este objetivo en 2029, lo que supone un guiño, pues para entonces se supone que Trump ya no será presidente de Estados Unidos.

La posición española es, sin embargo, una enmienda a la totalidad. El Gobierno español sostiene que fijar en el vacío un porcentaje del PIB dedicado a defensa es “irrazonable” y supone empezar la casa por el tejado. La lógica interna de la OTAN, a la que España apela, pasa por aprobar primero los Objetivos de Capacidades militares que la OTAN asigna a cada uno de sus miembros y evaluar luego los fondos necesarios para financiarlos. La OTAN acaba de aprobar los objetivos de capacidades hasta 2029 y los mandos militares españoles sostienen que necesitan el 2,1% para cumplir los suyos. Tras haber gastado el 1,4% del PIB en 2024 (una cifra que la Alianza Atlántica aún no ha validado), el Ejecutivo ha inyectado 10.471 millones de euros adicionales para llegar este año al 2% que debió alcanzar en 2024.

Eso no quiere decir que todos los aliados tengan que dedicar el mismo porcentaje del PIB a defensa, agregan las mismas fuentes, pues el coste de producción es diferente en cada país y las economías de escala permiten abaratar precios. La prueba es que cazas españoles garantizan la defensa aérea a las repúblicas bálticas, que porcentualmente gastan mucho más que España en sus Fuerzas Armadas.

La cuestión está en que el porcentaje del 5% no es el resultado de un análisis técnico, sino que se trata de una decisión política impuesta por Trump a los aliados. En su misiva a Rutte, Sánchez deja caer que este objetivo resulta incluso “contraproducente” para la construcción de una defensa europea fuerte. El breve plazo fijado para alcanzar el 5% hace imposible desarrollar una industria europea capaz de atender la creciente demanda de los ejércitos de la UE y obliga a comprar los suministros fuera, preferentemente en Estados Unidos. Sánchez pone incluso cifra a ese negocio: 100.000 millones más al año sobre los 300.000 actuales.

Fuentes gubernamentales españolas sostienen que, en realidad, el objetivo del 5% es imposible de cumplir y no solo por España. Sin margen para endeudarse, muchos gobiernos europeos tendrían que acometer drásticos recortes en pensiones, educación o sanidad y exponerse a una fuerte contestación social para poder afrontarlo. Y reconocen que existe la tentación de tirar la pelota adelante y dejar que los gobiernos venideros afronten los reproches por incumplir este objetivo, como le pasó a Pedro Sánchez con el 2% comprometido en 2014 por Mariano Rajoy.

El presidente español ha optado, sin embargo, por poner pie en pared. Aunque sea al precio de significarse y exponerse a unas sanciones por parte de la Administración Trump que el Gobierno asegura no temer, pero que ha evaluado. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, advirtió este jueves que Trump “quiere ver que todos los socios europeos, incluida España, pagan su parte y llegan a la meta del 5%.

El Gobierno niega que su postura haya cogido por sorpresa a Rutte, con quien Sánchez ha hablado en los últimos meses en varias ocasiones. El borrador de declaración que el secretario general de la OTAN remitió el miércoles a las capitales no se hacía eco, según las fuentes consultadas, de esas peticiones, pues recoge el compromiso inequívoco de destinar el 3,5% del PIB a inversiones estrictamente militares, tal como la Alianza las define, mientras que desvía al restante 1,5% aquellas capacidades que más necesita España.

Aunque se haya convertido en abanderado de la oposición del 5%, sin saber aún si algún otro país le seguirá, Sánchez no quiere bloquear la cumbre. En su misiva a Rutte ofrece dos alternativas: buscar una “fórmula más flexible”, que reconozca el carácter optativo del 5%; o arbitrar un mecanismo que permita a España descolgarse de este compromiso. El opting out o cláusula de exclusión voluntaria es una fórmula frecuente en la UE; y en la OTAN se aplicó cuando Francia se negó a asumir su cuota en la rebaja de la contribución económica de Washington. Sin embargo, nunca hasta ahora se ha ejercido por ningún país en una cumbre. “Tampoco”, alegan fuentes españolas, “se había planteado un aumento de estas dimensiones del gasto militar sin negociarlo”.

Decidir qué porcentaje del PIB se dedica a defensa corresponde al gobierno legítimo de cada país, recuerda Sánchez a Rutte. Castigar a España por oponerse al 5%, añaden las mismas fuentes, dañaría a una organización cuyos acuerdos se adoptan por consenso a partir del debate libre entre sus miembros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_