Dos guardias civiles salvan la vida de un bebé en parada cardiorrespiratoria: “Héroes no, nuestra tarea es ayudar”

José Sánchez y Ernesto Artigao no olvidarán nunca la tarde del 21 de mayo de 2025. Estos dos guardias civiles, adscritos al Puesto de Peñas de San Pedro, viajaban en su coche patrulla por Albacete cuando un vehículo que circulaba por la CM-3203, en las inmediaciones de la capital manchega, les rebasó para frenar bruscamente unos metros más adelante. De su interior se bajó un hombre “haciendo aspavientos” e instándoles a frenar. De la parte trasera, salió una mujer llorando y pidiendo auxilio desesperadamente. En sus brazos, un bebé de unos quince meses de vida que había entrado en parada cardiorrespiratoria en el vehículo en el que viajaba junto a su madre y su abuelo.

José cogió al pequeño, en estado semiinconsciente y con un tono azulado de piel, y aprovechando su formación en primeros auxilios empezó a practicarle maniobras de reanimación cardio pulmonar. Lo hizo en dos ocasiones. Tras la primera, el bebé empezó a recuperar el latido, pero una segunda parada cardiorrespiratoria le obligó a repetir el masaje cardíaco. Instantes después, el pequeño recuperó la consciencia y el tono natural de la piel.

Todo mientras su compañero pedía asistencia médica y mantenía la seguridad de la vía. La casualidad, o el destino, quisieron que una enfermera que circulaba por la carretera se hiciera cargo del pequeño hasta la llegada de la ambulancia.

La actuación de estos tres héroes involuntarios salvó la vida del bebé, trasladado después en ambulancia al Hospital General Universitario de Albacete, donde tras permanecer ingresado varios días recibió el alta. “Fue un cúmulo de circunstancias y de buena suerte porque la ambulancia tardó muy poquito en llegar y gracias a Dios el niño está bien”, explica Sánchez. La formación de ambos en este tipo de maniobras fue clave para evitar una tragedia mayor. “En la Comandancia nos instruyen y hacemos jornadas de formación y primeros auxilios, pero por muchas prácticas que hagas no es igual que con un adulto”, añade.

Este tipo de ejercicios de reanimación son diferentes en los niños. “A un adulto puedes tumbarlo y presionarle el tórax con fuerza, pero con un niño hay que colocar dos dedos debajo del corazón e insuflar aire con mucho cuidado para no hacerle un daño mayor”, precisa. “Cuando terminé el servicio y llegué a casa y le conté a mi mujer y a mis hijas lo que había pasado, empezaron los nervios. Estuve un par de días sin poder dormir hasta que asimilé lo que había ocurrido”. Sánchez lleva 21 años como guardia civil, pero nunca antes había tenido que afrontar una intervención de este tipo. “Espero que sea la primera y la última vez que me pasa”, confiesa.

Ambos agentes pudieron visitar al pequeño en el hospital. La madre y el abuelo se deshicieron en elogios hacia ellos. “Todos queríamos que el niño saliera bien y tuviera un buen fin. Estamos muy contentos”, subraya Sánchez, que insiste en la importancia de la formación en primeros auxilios en los centros educativos. “Se deberían hacer un par de cursos al año en los institutos, en la asignatura de Educación Física, para que tengan unas nociones básicas y si pasa algo así que puedan reaccionar de la mejor manera posible”. Pero se quita mérito: “Héroes no, hicimos lo que pudimos dentro de nuestros conocimientos. Nuestra principal tarea es intentar ayudar al ciudadano”.