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Victoria Columba, activista por la regularización: “Los inmigrantes estamos aquí para cambiar las reglas de juego”

La portavoz de Regularización Ya defiende que la medida que se discute en el Congreso recoja a los más vulnerables, sin el requisito de un contrato laboral

Victoria Columba (Vicky Canalla), en su casa en Barcelona, el 1 de junio de 2025.
Sebastián Forero

Victoria Columba (57 años, Rosario, Argentina) llegó a España hace 23 años y ha dedicado al menos los últimos 15 a defender los derechos de las personas migrantes. Radicada en Barcelona, es una de las voces más destacadas por la regularización extraordinaria de inmigrantes que ahora se discute en los pasillos del Congreso y que decidirá la suerte de medio millón de extranjeros en España. Como portavoz de la plataforma Regularización Ya, defiende el proceso que logró conseguir más de 600.000 firmas y convertirla en una iniciativa legislativa popular (ILP). Las conversaciones se han desatascado ahora que el PSOE ha decidido apoyarla después de que la más reciente reforma a la Ley de Extranjería dejara por fuera a decenas de miles de personas. Columba exige que en las negociaciones entre los grupos parlamentarios no se olvide el objetivo original de esta apuesta: alcanzar a los más vulnerables, que no tienen otra opción para salir de la clandestinidad.

Pregunta: ¿Qué sensación tienen sobre el futuro de la ILP en el Congreso después de reunirse con los grupos parlamentarios, incluido el PSOE?

Respuesta: Es la primera vez que se incorpora el PSOE al grupo de apoyo a la ILP, porque durante muchísimo tiempo no la apoyó, aunque ahora diga que sí lo ha hecho. La ministra Elma Saiz decía que la ILP no iba a salir, que ya alcanzaba con la reforma [a la ley de extranjería]. El PSOE dijo que la letra pequeña del acuerdo no está aún porque primero tiene que pasar por el periodo de ponencia, en el que los partidos a puerta cerrada discuten las enmiendas. Lo que está claro es que las derechas piden el tema del contrato de trabajo como una condición, que para nosotros es inviable y es una línea roja porque precisamente esta ILP va para esa bolsa de gente que no entra allí. En las ponencias se verá si realmente hay una voluntad del PNV y de Junts de apoyar esta iniciativa. Vemos que el PP se ha ido más hacia la ultraderecha.

P. También se reunió con la secretaria de Estado de Migraciones. ¿Qué le dijo ella?

R. Que hay que seguir insistiendo con la aprobación de la ILP, que ellos no se plantean otra vía. También que no hay todavía redactada una letra pequeña porque ellos están recogiendo las demandas de las organizaciones que formamos parte de la plataforma y que eso también tendrá que negociar con PNV y Junts. Nosotros le planteamos que el 31 de diciembre de 2024 como fecha de corte no es viable porque entre que se vote y se ponga en marcha esto ya dejará fuera a mucha gente que ha llegado después. Para nosotros tiene que ser cuando se publique en el BOE o, siendo generosas, el 20 de mayo, que es cuando entró en vigor la reforma.

P. Ustedes apuntan lo más alto posible. ¿No temen que pueda ser contraproducente para sacarlo adelante?

R. Si ellos [algunos grupos parlamentarios] van a las máximas, nosotras que hemos gestado este proceso de movilización ciudadana tenemos todo el derecho de exigir. Iniciamos este proceso porque el Gobierno no quería hacer una regularización extraordinaria. Tuvimos que salir a la calle a recoger estas 700.000 firmas. Solo faltaría que tuviéramos que negociar con ellos nada. Los empresarios están pidiendo trabajadores y han tenido que despedir muchas personas que estaban trabajando con la solicitud de asilo en trámite [por el nuevo reglamento de Extranjería]. Aquí lo que nos falta es la fuerza de los sindicatos, que nunca han apoyado la ILP y que no la van a apoyar tampoco ahora.

P. ¿Qué opinión tiene de que esto se esté acelerando ahora en buena parte porque es el empresariado el que lo está pidiendo?

R. Las regularizaciones extraordinarias que se han hecho en España siempre han estado ligadas al mercado laboral. Por eso nosotros hemos tenido que salir a cambiar la mirada mercantilista y utilitarista, por una mirada de derechos humanos.

P. ¿Y por qué esta regularización podría cambiarle la vida a ese medio millón de personas?

R. Son personas que ya están trabajando, pero lo hacen en la precariedad, que no están pudiendo aportar para su futuro, para sus jubilaciones. Las mujeres de Latinoamérica no solo vienen aquí a sostener el Estado de bienestar de los españoles, o a limpiar y a cuidar hijos ajenos. Nos ponen la responsabilidad de venir y tener hijos y después no poder empadronarlos en una casa digna ni mandarlos a la escuela.

P. ¿De qué perfiles específicos estamos hablando que si no es en esta oportunidad, no se van a regularizar?

R. Mujeres latinoamericanas trabajadoras del hogar y los cuidados, que son la mayoría. El flujo migratorio que entra por el sur y que viene de África es apenas un 18% de la migración que llega de manera irregular. La mayoría son mujeres latinoamericanas que llegan por aeropuertos como turistas y que se van quedando, o con promesas de trabajo, o las que llegan con estos acuerdos de migración circular que exhibe el Gobierno, pero que no hacen más que precarizar el empleo y dejar a las personas en una situación de vulnerabilidad porque uno no come ni seis ni nueve meses al año, come todo el año y tiene familia todo el año. También internas que no se pueden empadronar. O personas indocumentadas que en sus países de origen no pueden acceder a sus documentos. Estamos hablando de regularizar a las víctimas de los incendios de los invernaderos donde se nutre la huerta de Europa.

P. ¿Por qué si en el último lustro el crecimiento económico de España ha estado empujado en buena parte por los inmigrantes campea con tanta impunidad el discurso antiinmigratorio?

R. El escenario global lo permite. Construir el enemigo sobre el más vulnerabilizado es más fácil para el fascismo. Es fácil construir el discurso del odio porque eso sostiene una economía de desigualdad. La clave está en combatir este discurso de odio con políticas de derechos y con una narrativa diferente. La ILP de regularización es el claro ejemplo de que es un hito histórico, que las personas migrantes nos hayamos organizado y hayamos conseguido el apoyo de la Iglesia, de las izquierdas y que hayamos tirado adelante este proceso que ha hecho un bloqueo de la ultraderecha. Hay que deconstruir el lenguaje: somos vecinas y vecinos y se nos tiene que contemplar de esta manera. Nosotras no estamos aquí solo para exigir una vida digna, estamos aquí para cambiar las reglas de juego.

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Sobre la firma

Sebastián Forero
Redactor en la sección Nacional de EL PAÍS. En Colombia, cubrió el conflicto armado, paz, derechos humanos, tierras y política de drogas en 'El Espectador'. Periodista y politólogo de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Actualmente cursa el máster de periodismo UAM - EL PAÍS.
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