Más ánimo en el Gobierno que en el partido ante el ‘caso Leire’
Federaciones socialistas constatan que hay falta de controles. Sumar exige al PSOE investigación y depuración en las cloacas


La existencia de algunos miembros de las fuerzas de seguridad del Estado y de empresarios con imputaciones por graves delitos y la colaboración necesaria de letrados para conducir los casos no resta gravedad a la actuación de la militante del PSOE Leire Díez. La investigación interna debe iniciarse y conducirse a buen ritmo, y parece que así va a ser, según señalan distintos interlocutores socialistas. No solo porque el PP ha visto en este episodio un asidero para llamar a los españoles a que salgan el próximo domingo a la calle, sino porque los militantes socialistas, cuadros medios y barones, consideran imprescindible aclarar todo este asunto.
El estado de ánimo en el mundo socialista difiere según se trate de los ministros y cargos del ejecutivo o del universo territorial. Mucho más fuerte en el primero, donde prima la vivencia diaria de una oposición en la que la escalada de “violencia verbal”, según reiteran los miembros del Gobierno, no tiene contención y hace mucho que saltaron todas las barreras de las reglas del juego democrático. Pedro Sánchez es “un mafioso”, que dirige una “banda de forajidos”, se oye estos días en las filas del PP. Mientras llegan las elecciones, los populares convocarán a los ciudadanos en la calle ante el dilema de “mafia o democracia”.
No es fácil para el PSOE afrontar el caso que les asola en la última semana. Cómo creer que una militante socialista, sin cargo alguno actual ―aunque fuera concejala de una localidad cántabra de 700 habitantes o contratada para puestos medios en empresas estatales hasta 2024― pueda ofrecer beneficios judiciales a cambio de testimonios contra quienes persiguen al entorno de Sánchez. En ámbitos socialistas territoriales, en absoluto disidentes de la acción del Gobierno y de su presidente, constatan que hay un problema en el engranaje de los controles, junto a la incapacidad de dar la voz de alarma ante el presidente sobre asuntos sospechosos.
Esa ausencia de información, algunos dicen que para “no incordiar” al presidente, conduce al caso Leire. Y antes al caso de Koldo García e, incluso, al exministro de Transportes, José Luis Ábalos. Ábalos sí conoció y trató con Leire Díez, según señaló en una entrevista el sábado por la noche en La Sexta. Esta exconcejala y empleada de empresas públicas formó parte de una de las muchas plataformas de militantes del PSOE que nacieron por toda España para apoyar a Pedro Sánchez en las primarias frente a Susana Díaz y contra la inmensa mayoría de los líderes territoriales. En ese contexto la conocieron Ábalos y también el secretario de Organización, Santos Cerdán. Cuando se quedó sin trabajo en 2024 fue a pedirlo a la sede federal del PSOE, pero no tuvo éxito.
Las cúpulas socialista y gubernamental niegan en público y en privado que esta militante tuviera el encargo de hablar en nombre del partido y del Ejecutivo en sus supuestas investigaciones para tratar de demostrar que quienes persiguen al entorno del presidente y al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, tienen muertos en el armario. El diario El Confidencial hizo públicas unas grabaciones en las que Leire Díez y el empresario Javier Pérez Dolset insisten a un investigado por la Guardia Civil para que les facilite información, a su parecer comprometedora, contra uno de sus mandos, el teniente coronel Antonio Balas, encargado de varios casos de corrupción que conciernen al Gobierno.
¿Para quién trabaja Leire Díez?, ¿En nombre de quién se erige como investigadora de presuntos corruptos? Estas preguntas no tienen respuesta, pero envenenan la tranquilidad de la organización socialista. Al tiempo, Sumar, como partido de la coalición de Gobierno, exige investigación y responsabilidades, al igual que los socios externos. Podemos denuncia que “las cloacas” siguen sin limpiar.
La corriente más extendida en el PSOE, en búsqueda de explicaciones aún por encontrar, es la de que Leire Díez y el empresario Dolset están juntos en estas pesquisas al margen de controles, por intereses diferentes. Al empresario le movería el ánimo de venganza al sentirse víctima “de las cloacas del Estado” por las imputaciones de gran calado que pesan sobre él, y le es indiferente que resulte afectado el PSOE, la Guardia Civil o quien tenga algo que ver con sus desgracias penales. En el caso de la militante socialista, solo apunta a personajes que supuestamente ocultan comportamientos inadecuados e investigan al entorno gubernamental. ¿Pero por libre? Esta es la pregunta que atormenta al PSOE.
De esta soga tirará sin pausa el PP. Feijóo convoca a los ciudadanos a salir a la calle el próximo domingo sin banderas de partido. Se trata de que los afines a Vox se sientan también concernidos. “Menos manifestaciones y más romper con los socialistas en Europa y en España en el reparto de cargos entre PP y PSOE”, azuza el líder del partido ultra, Santiago Abascal. El enfrentamiento entre PP y Vox se recrudece y tiene razón de ser. En la encuesta o para EL PAÍS y la Cadena SER de 40dB., Vox es el único partido que mejoraría sus datos en relación a los resultados de las últimas elecciones. Entre los líderes, Santiago Abascal queda en segundo lugar, tras Pedro Sánchez y por delante de Feijóo. “En el séptimo aniversario de gobiernos progresistas, los datos nos avalan, continuamos con la misma ilusión y energía del primer día”, ha escrito Pedro Sánchez en la red social X.
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