Lo simbólico importa


Fíjense en ese grupo de bomberos que intenta poner orden en la realidad. En la realidad simbólica, cabría decir. La foto, merecedora del último Premio Ortega y Gasset de Fotografía, muestra a cinco hombres sujetando el poste de una señal de tráfico mientras el sexto intenta cortarlo con una radial desde su base. ¿Por qué? Porque la señal ya no señala. En sus buenos días, antes de que la dana se ensañara con Alfafar, donde Óscar Corral obtuvo la instantánea, y siguiendo sus indicaciones, podías llegar al Ayuntamiento, al cuartel de la Guardia Civil, a la iglesia, al cementerio, al tanatorio… Después del desastre la señal seguramente enloqueció, cambio de postura, se torció, no sé, el caso es que, además de desorientar, devino un peligro para los viandantes.
Lo simbólico importa. Un STOP no detiene nada físicamente, pero, dentro de un sistema compartido, significa que te tienes que parar. Ordena conductas, en fin, reduce el caos. El poste de la imagen, con múltiples flechas apuntando en direcciones diferentes, constituye una condensación del orden simbólico al que hacíamos referencia. Podríamos leerlo como un resumen del entramado institucional que regula la vida, la muerte, el deseo, la ley y la trascendencia en una comunidad. Resulta alucinante que en tan poco espacio quepa tanta información. De modo que quizá la pérdida provocada por la dana, con ser enorme, no fue tan grave como la manera en la que dio al traste con el orden simbólico de una población que aún no se ha recuperado de la pérdida. Tal es el mérito, me parece del fotógrafo: el de haber retratado una alegoría.
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