El primer refugio de Joan Miró

Acabo de llegar al campo, dispuesto y animado a empezar a trabajar. Unos cuantos meses aquí y después volveré a París”. En esa carta de junio de 1920 dirigida a Pablo Picasso, Joan Miró resume con pocas palabras el estímulo y energía que le procuraban los paisajes y el campo de Mont-roig. Años más tarde, en 1928, en su primera entrevista publicada en el periódico barcelonés ‘La Publicitat’, le dice a Francesc Trabal: “Mi obra entera está concebida a Mont-roig y todo lo que he hecho en París también, sin jamás pensar en París, que detesto”. En Mont-roig, Miró pinto sus obras maestras detallistas; allí empezó ‘La masía’, ese cuadro emblemático. “‘La masía’ concentraba toda mi vida en el campo. Desde el árbol alto hasta el pequeño caracol, quise colocar en el cuadro todo lo que me gustaba. Durante nueve meses estuve pintando siete u ocho horas al día. Sufrí terriblemente, horriblemente, igual que un condenado”, dijo a La Publicitat. La masía es Mas Miró, la preciosa finca tarraconense de sus padres en la que el artista construyó su primer estudio y pasó largas estancias a lo largo de su vida. Hoy abierta al público, se puede ver la casa y también el estudio con los muebles, objetos y símbolos que rodeaban al artista. De los paisajes de Mont-roig, de los ocres de su tierra, de los troncos de sus olivos, de los azules del cielo y de la blancura de Mas Miró han nacido la poética y singularidad de la obra de ese gigante del siglo XX. Se celebra este 2023 como el Año Picasso-Miró, con varias exposiciones con motivo de los aniversarios de sus muertes. El catalán falleció en 1983, y el malagueño, en 1973.

La exposición Horta Picasso Miró Mont-roig de Jean Marie del Moral, se puede visitar en la Fundació Palau de Caldes d’Estrac hasta el 24 de septiembre.