Así se han convertido dos argollas de hierro en un emblema de lujo

En la entrada del Palazzo Spini Feroni, el edificio florentino que alberga el cuartel general de Salvatore Ferragamo desde 1938, hay desde hace siglos dos argollas de hierro ancladas a la pared. Su función inicial era atar a los caballos, pero en los últimos tiempos ha adquirido otra mucho más acorde con los tiempos actuales: convertirse en el emblema de la firma de lujo fundada por el zapatero más prodigioso del siglo XX. Tras integrarse en forma de herraje en calzados y complementos, esta temporada se consagra como monograma estampado por obra y gracia de Paul Andrew, diseñador de los accesorios de Ferragamo.

El resultado es una colección de moda y complementos para hombre y mujer que subraya su dualidad mediante la imagen de dos broches entrelazados. Y, para presentarla, una campaña en la que los influencers globales no están solo delante de la cámara, sino también detrás.

Ha sido Bryanboy (689.000 seguidores en Instagram a fecha de cierre de este número) el responsable de dirigir una serie de vídeos cargados de ironía para reflexionar sobre la celebridad en los tiempos del clic. Eso sí, los productos no son virtuales, sino tangibles y orgullosamente artesanales.