Por el fin de la impunidad
La Corte Penal Internacional puso en práctica el primer intento de justicia universal hace veinte años

La Corte Penal Internacional (CPI) ha cumplido veinte años. El genocidio ruandés y la guerra de los Balcanes aconsejaron establecer sendos tribunales temporales para perseguir a los principales responsables de las masacres. En ese contexto nació con carácter permanente la CPI, que daba respuesta al sueño de la justicia universal y la demanda del fin de la impunidad en cualquier rincón del mundo. Torpedeado por las grandes potencias, que además forman parte del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Rusia y Estados Unidos), el balance de su acción está repleto de frustraciones. La imposible reparación de las víctimas del líder centroafricano Jean-Pierre Bemba, condenado por la CPI a 18 años de prisión, es solo una de ellas. Sin embargo, es una gran conquista de los derechos humanos.
Editoriales anteriores
Su existencia es una amenaza contra toda tentativa de cometer crímenes contra la humanidad e incluso de invadir un país; un delito que se acaba de incorporar a su jurisdicción. Es un hecho histórico. Solo el Tribunal de Núremberg pudo perseguir un crimen de tal naturaleza.
Durante estas dos décadas, la modesta maquinaria judicial —para el objetivo buscado— con sede en La Haya ha sufrido todo tipo de obstáculos políticos que le han obligado, por el momento, a centrar casi en exclusiva su acción en los países africanos que no disponen de instituciones solventes para perseguir las salvajes y masivas agresiones. En 2012 dictó su primera condena: la del señor de la guerra congoleña y reclutador de niños soldado Thomas Lubanga. Hoy intenta investigar los delitos cometidos en Georgia, Afganistán o Palestina.
Con todas sus limitaciones, la CPI ha consolidado como crimen de guerra las agresiones sexuales y es un referente de paz y de justicia que hay que preservar y perfeccionar. La tarea realizada es importante. La que queda por hacer, ingente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
La jueza cree “plausible” que Vilaplana acercara a Mazón en coche al Palau de la Generalitat la tarde de la dana
El juez cancela la audiencia y pone en suspenso el proceso contra María Amparo Casar
El MNAC cerrará de forma parcial en 2027 para centrarse en la ampliación
Florentino Pérez sostiene la guerra del Real Madrid al Barça por el caso Negreira
Lo más visto
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- El actor y director Rob Reiner y su esposa Michele, hallados acuchillados en su mansión de Los Ángeles
- El hombre que desarmó a uno de los atacantes en Sídney es aclamado como un héroe en Australia
- El juez cree que la red de Leire Díez y el exdirector de la SEPI contó con “diversos cargos públicos” para el cobro de comisiones entre 2021 y 2023
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas




























































