Este fotógrafo no hace lo que tú: capta imágenes de las sobras de lo que come

“Dice mucho de una persona cómo deja el plato al terminar de comer”, asegura el fotógrafo tarraconense Pep Escoda. Ganador de 21 premios LUX (otorgados por la Asociación de Fotógrafos Profesionales de España), debe a sus días como pescador, oficio familiar que ejerció durante años, esa querencia por cocinar todo aquello que proviene del mar que ha desembocado en el proyecto After eating (después de comer).

Se trata de un proceso psicológico que empieza en la cocina, donde prepara en soledad el plato que más tarde se comerá y termina escaleras abajo, en su estudio, donde retrata las sobras del almuerzo. No calcula cuántos granos de arroz negro dejar. Sus fotografías muestran justo lo que ha quedado. Lo que sí cuida son los hules sobre los que descansan los restos, su trabajada colección cuenta con más tonos que el arcoíris, y el plato, blanco, siempre es el mismo.

“Cuando hago la foto aún tengo en la boca el sabor de lo que acabo de comer, que es lo que estoy fotografiando. Es un proceso de auténtico disfrute que despierta todos los sentidos”. Curiosa digestión.