¿Una juventud sin ilusión?

Todos oímos habitualmente aquello de “este chico no tiene futuro”. Deberíamos plantearnos si queremos que nuestra juventud vea un rayo de luz en el horizonte y animarles ante la adversidad, diciéndoles que son capaces de muchas más cosas de las que piensan; o si preferimos decirles que no merece la pena esforzarse por conseguir un propósito, que el mundo carece de personas con ideales. No perdemos nada por “animarles” (literalmente, dar alma a lo que no tiene vida), por hacerles ver que el ser humano evolucionó y se distinguió como especie por su espíritu combativo ante la adversidad, máxime en estos tiempos con tantos altibajos ideológicos.— Pilar Salinas Espinar. Profesora vocacional.