Crisis y ciencia

La falta de fondos para investigar está llevando a la desaparición de grupos de investigación emergentes. En los tiempos de bonanza, el dinero llegaba a todos. Los grupos grandes, establecidos, con investigación de alto nivel, solían tener varios proyectos financiados no solo continuados en el tiempo, sino solapados. Por el contrario, los grupos más pequeños y los emergentes solían tener un proyecto financiado cada tres o cuatro años. La crisis ha hecho que estos últimos pierdan ese proyecto, y por lo tanto el dinero, con lo que pierden su independencia científica, en muchos casos incluso personal para siempre. El grave problema que tenemos es la pérdida de nuevas ideas, de nuevas líneas de investigación que necesitan dinero para, al menos, probar que pueden dar resultados. Si todo el dinero va a la investigación ya establecida, será muy difícil integrar esas ideas.

Sin nuevas ideas, se nos acabará la capacidad de generar ciencia competitiva y terminaremos haciendo siempre lo mismo. La solución en este tiempo de crisis pasaría por dar menos financiación a los grupos grandes, lo que solo les supondría ajustarse “algo” el cinturón, y repartir entre los grupos emergentes que necesitan crecer. En estos tiempos es cuando hay que arrimar el hombro, pero eso no significa fagocitar el laboratorio del científico de al lado, porque no le han dado fondos por ser emergente.— Cayetano von Kobbe Alonso. Científico titular del CSIC.