Berlusconi regala una mansión a su novia para vivir separados

El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi ha comprado una gran mansión para su novia, la joven napolitana Francesca Pascale, medio siglo más joven que él. Un regalo para que la pareja viva separada, aunque cerca. La nueva residencia está en Rogoredo di Casatenovo, a 10  kilómetros de la también lujosa Villa San Martino donde vive el ex Cavaliere en Arcore (cerca de Milán, al norte de Italia).

La nueva vivienda de Pascale, que se vendía por 2,5 millones de euros, tiene 1.140 metros cuadrados, un gran jardín, ocho cuartos de baño y siete dormitorios, según publicó el diario italiano Corriere della Sera.

La prensa italiana plantea que el hecho de vivir separados se puede deber a que Berlusconi esté planeando cómo volver de lleno a la política y quiera convertir la Villa San Martino en el "cuartel general" de Forza Italia, su partido político. Pero también hay publicaciones que hablan de una crisis en el noviazgo. Aunque en sentido contrario, Il Fatto Quotidiano plantea la posibilidad de un inminente matrimonio de la pareja, para el que Pascale estaría dispuesta incluso a renunciar al dinero de Berlusconi, de quien solo quiere "el calor de los abrazos".

Berlusconi, que cumplió ayer 79 años, ha querido regalar por su cumpleaños esta mansión a su novia oficial desde que, en 2010, la segunda esposa del ex primer ministro y madre de sus tres hijos, Veronica Lario, pidiera el divorcio tras declarar a los cuatro vientos: "Silvio está enfermo. No puedo estar con un hombre que frecuenta a menores de edad". Tras el divorcio, Berlusconi debe pagar a Lario una pensión de 1,4 millones de euros al mes para el cuidado de sus tres hijos (Barbara, Eleonora y Luigi), que se sumaron a Marina y Piersilvio, los otros dos hijos que el político tuvo con su primera esposa, Carla dall'Oglio.

Este es el segundo movimiento inmobiliario de Berlusconi en poco tiempo, que llega tras la puesta en venta de su mansión en Porto Rotondo (Cerdeña), por 500 millones de euros. Con el nombre de Villa Certosa, la mansión —con un parque de 120 hectáreas, 126 habitaciones, un anfiteatro y un lago— está envuelta de polémica por las fiestas de carácter sexual que se celebraban en la residencia.