AENA, privatización modélica

Otra vez la misma historia: que una cosa pública funciona: a privatizar (Endesa, Repsol, Tabacalera, Telefónica, etcétera). Que una cosa no funciona: se socializa (ferrocarril, minería, siderurgia, etcétera) o se salva (banca).

En el presente dos procesos ejemplarizantes se cruzan: socialización de las radiales y privatización de AENA. Esta última con un diseño sorprendente e inaceptable. Me explico: un ente que se ha financiado con recursos públicos se privatiza sin dar prácticamente posibilidad alguna a los ciudadanos de participar en el proceso. Solamente uno de cada seis ciudadanos que hayan solicitado acciones podrá adquirirlas ¡en una cuantía máxima de algo menos de 1.450 euros! Esto es, de los peticionarios, más de un 80% no va a poder adquirir ni una acción (en total, los minoritarios van a recibir el 2,5% del capital social como mucho de la empresa). Entre tanto, empresas como FCC o fondos extranjeros podrán comprar cientos de millones de euros. ¿Por qué no se amplía el tramo minoritario? El señor Soros —no confundir con ninguna ONG—, en un acto de generosidad y confianza en el futuro de nuestro país y de esa empresa, ha sugerido a FCC (de quien es importante accionista) que adquiera 400 millones de euros de acciones de AENA.

Olé, olé y olé. Esos son los empresarios que hay que cuidar y así hay que hacer las privatizaciones. Más que podemos deberíamos crear explotemos.— Luis Espadas Moncalvillo.