Maravillosa imperfección

Qué gran debate existe en la actualidad a cerca de la enseñanza, el papel de los docentes, el nivel de nuestro sistema educativo, el papel de los padres, el nuevo rol de los profesores y todo ello en un mundo convulso en el que la sociedad cambia y se transforma a cada instante.

Da miedo pensar que muchas reglas que sabíamos ya no sirven, que muchos pensamientos que nos atormentan no son reales. No somos conscientes. Perderíamos nuestra identidad en este mundo de roles y ambiciones. ¿Acaso sirva enseñar el conocimiento auténtico, la verdad del erudito en un mundo humano tan impredecible? O mejor aún: ¿enseñar que lo importante es acertar, y no equivocarse? ¿Y qué pasa si la vida no sucede tal como nos la habían enseñado?

Cómo afrontar que no enseñamos desde lo que sabemos, pensamos o creemos, sino desde lo que nos intriga, apasiona o desvela. Desde lo desconocido. Quizás venga un tiempo, distinto, nuevo, en el que podamos transmitir que la equivocación es necesaria, el fracaso, inherente a cualquier acción humana, y que el éxito es maravillosamente imperfecto.— Diego Gavilán Martín.