Discriminación hacia los autónomos

Soy autónomo y, a cinco años de la jubilación, sigo sorteando las dificultades de esta nueva crisis con mucho más esfuerzo; dedicando al trabajo una media de 12 horas diarias y arrastrando una minusvalía que me obliga a tomar cantidad de analgésicos para aguantar el día.

Pido justicia porque hace unos días he recibido notificación de Hacienda, con sanción incluida, en la que se me deniega la deducción por minusvalía que mi gestor había aplicado en la declaración del IRPF correspondiente al año 2012, al tenerla acreditada en un grado del 33%. Alegan en dicha resolución que no soy trabajador por cuenta ajena. Efectivamente, soy autónomo, pero pago mis impuestos como cualquier trabajador y para la Seguridad Social liquido cada mes 559,28 euros.

Ante esta situación me siento perplejo e indignado por lo fácil que se lo ponen a los grandes defraudadores, haciéndoles una ley de amnistía fiscal a su medida y a otros la “vista gorda”; mientras emplean su precioso tiempo en la persecución de un minusválido. Pido que, igual que se dieron mucha prisa para modificar la Constitución y así proteger a los “mercados”, introduzcan alguna modificación a la Ley del Impuesto sobre el IRPF, que acabe con esta discriminación que existe hacia los autónomos.— Francisco Javier García Andrés.