Pasiva complacencia

Leo con auténtico interés la entrevista que El País Semanal hace al señor Solbes, probablemente uno de los mejores ministros de Economía de la democracia y una excepción honrosa que fue capaz de enfrentarse al poder en defensa de su deontología.

Pero en 2004 “algo” pasaba en el Banco de España. Y una persona de su capacidad es de suponer que se enteró. En 2006, al cesar el gobernador del Banco de España, ese “algo” se había convertido en un auténtico torrente de grandes dimensiones, circunstancia que llevó a los inspectores del regulador bancario, en un gesto paralelo al del señor Solbes de enfrentarse a un poder escasamente ilustrado, a enviarle una carta en la que dicen:

“El nivel de riesgo acumulado en el sistema financiero español como consecuencia de la anómala evolución del mercado inmobiliario español en los últimos seis años es inaceptable. En una dinámica como esta es donde los mecanismos públicos de supervisión e intervención justifican su razón de ser. Como la única institución con autoridad normativa, reconocida por la legislación vigente, y capacidad técnica suficiente es el Banco de España, es a él a quien corresponde intervenir. Desafortunadamente, esta institución ha optado por mantener una actitud de pasiva complacencia que está en el origen de los desequilibrios. La pasividad del Banco de España en los últimos seis años en la prevención de la creciente exposición de las entidades de crédito españolas a los riesgos relacionados con el sector inmobiliario no ha sido debida a falta de facultades de intervención, sino a la voluntad de su máximo responsable, el gobernador”.

Los inspectores no hablan de macroeconomía, sino de pasividad y tolerancia ante infracciones a la normativa vigente del mismo tipo que las que condujeron a las mediáticas intervenciones por parte del Banco de España de Banca Catalana o Banesto, o a actuaciones más discretas, pero no menos contundentes, que las de Banco Urquijo, Banco Hispano Americano, Banco Central y una miríada de intervenciones menores que produjeron en España una de las mayores y más exitosas reestructuraciones del sistema financiero en un país avanzado