La obligatoriedad del casco

Pertenezco a diversos colectivos de usuarios afectados por el debate del uso del casco. Soy esquiador, ciclista de montaña y ciclista urbano.

En el esquí, nadie ha tenido que obligarnos a utilizar el casco para que el 90% de los esquiadores lo hagamos: es un colectivo formado y maduro que sabe discernir por sí solo si la actividad lo requiere o no.

En la bicicleta de montaña pasa exactamente lo mismo: sabemos valorar el riesgo y no veo a nadie que salga sin el casco.

Pero la bicicleta urbana es diferente: somos mayorcitos, maduros y viajados para saber si es necesario o no. No creo que tenga que decidir por nosotros ningún reglamento elaborado, seguramente, por personas que jamás se han desplazado en bicicleta por la ciudad. Ni con su bici, ni con las públicas que también existen y, por cierto, a ver cómo lo solucionan.

Vivo en una ciudad, Zaragoza, que lleva años apostando por la bicicleta como elemento de transporte y créanme, los que nos desplazamos pedaleando sabemos si es necesario o no, ponernos el casco para ir de Paraiso a la Romareda. La que nos quiere obligar, seguramente, no.

Qué país aquel en el que las prohibiciones se imponen al razonamiento y la cultura de sus habitantes.— Luis Perales Navas.