¿Comer o volar?

Hace unos días recibí un correo del APA del Instituto de mis hijas informando de la organización de un banco de alimentos para familias del centro que lo necesitan. Decidí colaborar a la vez que se me cayó el alma a los pies al pensar que compañeros de mis hijas podían estar en esa situación.

Va a hacer dos años que en España se decretó un estado de alarma durante una huelga de controladores con el fin de garantizar el derecho de los ciudadanos a trasladarse de un lugar a otro. Ahora, yo me pregunto: ¿No estamos en un estado de alarma cuando ha aumentado un 45% la pobreza infantil en nuestro país? ¿No debería actuar el Estado para garantizar las necesidades más básicas de sus ciudadanos? En su lugar, tengo la sensación de que siguen recortando en servicios sociales y delegando estas funciones en ONG, asociaciones de todo tipo e iniciativas como la del instituto de mis hijas. Gracias a todos ellos por su gran labor, no sé qué pasaría si no estuviesen ahí.— Ana Rodríguez Martínez. Madrid.