Cada vez que Cuttaia salía a la sala para detallarnos un plato, nos dejaba
alguna píldora. "Estuve en España en un congreso gastronómico donde Adrià,
al que admiro, desvelaba las claves del futuro. Me tuve que salir porque me
pareció que si asimilaba aquellos conceptos iba a empobrecer mi propio camino.
El futuro lo tengo que descubrir yo mismo"
En otro intervalo volvió a abrir su pensamiento":Un cocinero que no
conozca bien la cocina tradicional no puede alcanzar grandes cosas. Las
técnicas me apasionan pero no sirven de nada por sí solas. El gran mérito
de Adriá es que ha enseñado a pensar a los cocineros. Los grandes restaurantes son
las mejores escuelas. Antes se montaba una mayonesa y nadie se preguntaba por
qué ligaban la grasa y el huevo. Ahora delante de las cáscaras de patatas yo me
pregunto, ¿acaso puedo hacer algo con esto? Todo cocinero que se precie deben
dar sentido a sus platos”.
Mientras le escuchaba me acordaba de Pierangelini.
El menú había consistido en una falsa pizza, una ensalada caprese, un
carpaccio, pulpito de roca, hoja de calabacín con calamar, sepia en su tinta,
raviolis, y carne de ternera a la brasa. De postre un canutillo siciliano.
Platos tradicionales y modernos. Excepcionales. “Carezco de adjetivos”, volví a
escribir en twiter. Cuttaia me había robado el corazón, frase que le gusta a Andoni Aduriz.
Detrás de aquellos platos, había grandes productos, un
enorme dominio técnico y una línea de pensamiento. Recetas y sabores de siempre
afinados con una naturalidad extrema. De todas las vías que abren las puertas
al futuro de la cocina esta es una de mis favoritas. En Twiter: @JCCapel
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.