¡Qué cara es la música!

¡Qué triste la noticia de EL PAÍS del día 19 de septiembre de que por culpa de la subida de tasas en las escuelas de música, muchos alumnos, se calcula que el 70%, no podrán seguir asistiendo a clases! El Ayuntamiento, dicen, piensa que la educación musical no es esencial en estos momentos de crisis. Pues siento disentir, yo lo considero más esencial que lo que gastan nuestros gestores oficiales en cantidad de actos protocolarios que inventan para su mayor gloria. Y no voy a indicar aquí a qué gastos me refiero, pues de todos los ciudadanos interesados son conocidos y esta carta sería interminable. Son malos tiempos para la lírica. La música eleva el espíritu y da “un alma a nuestros corazones y alas al pensamiento” (Platón). Ha sacado de la ruina moral y material a muchos jóvenes. La música, como otras disciplinas, te hace más culto y más sensible y hasta puede ser un medio de vida dignísimo. La música te conforma el gusto por lo bello y armónico y si a tu hijo realmente le gusta su estudio, únete a otros padres y exige su continuidad.

Que corten por otro lado, ya está bien de cercenar nuestra cultura, cuando nuestros gestores siguen viviendo prácticamente igual que antes de la crisis.— Julia Villasevil.