Violencia estructural de género
Violencia de género es coaccionar a la mujer a tener un hijo que no desea o no puede cuidar. Violencia es obligarla a demostrar que lo hace porque tiene un trastorno mental. Violencia es que las mujeres ganen un 22% menos de sueldo, que tengan horarios interminables, que se les exija lo mismo en los trabajos y el doble en la vida doméstica. Violencia de género es asumir que el cuidado de los hijos y la conciliación es tarea sólo de la mujer. Violencia de género es obligar a las mujeres a trasladarse solas a otras comunidades o a otros países o a abortar sin los adecuados cuidados sanitarios.
Y violencia de género es insultar a las mujeres. Violencia de género es que el ministro de Justicia, Sr. Ruiz-Gallardón, desde su posición tan alejada de las condiciones reales en las que viven las mujeres en nuestro país, insinúe que abortan porque alguien las obliga. Como psiquiatra de un servicio público de Madrid, he realizado innumerables peritaciones a mujeres que habían decidido abortar —ingenuamente me felicité de no tener que hacerlo más cuando se aprobó la actual ley—. La inmensa mayoría lo hacían libre y sanamente y ya habían tomado su decisión meditadamente y no sin dolor. Por cierto, que casi siempre con el acuerdo y el apoyo de sus parejas y sus familias. La mayoría se habían encontrado con un embarazo no deseado a pesar de haber puesto los medios a su alcance para evitarlo. La mayoría hubieran preferido no tener que hacerlo pero consideraron que era la mejor opción. Una dolorosísima minoría de mujeres sí lo hacían forzadas en un entorno de violencia de género —esta sí— a manos de sus parejas pero, desgraciadamente, por miedo o por vergüenza o por ambos, lo silenciaban.
Den más oportunidades y mejores condiciones a las mujeres. No aborten ustedes, nadie les obliga, pero no limiten no condenen ni insulten a las mujeres que han decidido libremente cómo quieren que sea su futuro.— María F. Diéguez Porres.
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