Vanguardia barata en Jaén

FOTO: Jesús Granada

Dos casas por 100.000 euros. Viviendas que parecen fáciles de construir no deberían ser difíciles de habitar. Algo así debieron pensar Paco Casas y Beatriz Villanueva (Brijuni Arquitectos) aunque tuvieran que sufrir lo suyo para lidiar con la normativa y el presupuesto y extraer de esa confrontación un proyecto ligero, amable y actual en la calle Soria de San Juan de Jaén.

 El proyecto es suyo, pero la idea provenía de un amigo de su ciudad que, metido a constructor, decidió convertir el solar trasero (y trastero) de su casa en una promoción de vivienda joven. Cedió parte de su fachada y llamó a Paco Casas y a Beatriz Villanueva para que idearan unas viviendas económicas, contemporáneas y rápidas de construir. Los arquitectos resolvieron levantarlas en torno a un patio para que, sin traicionar el idioma del casco antiguo en la fachada, pudieran disfrutar de estancias luminosas en el interior. Así, como dos dúplex abiertos, las viviendas tienen la planta baja diáfana. En ella conviven la cocina, el comedor y el salón en un único espacio. Se trata de ganar amplitud, pero también de que nada interrumpa el paso de la luz. En el primer piso, los dormitorios están separados por el baño.

Lo que reina en las viviendas es la luz, proveniente del patio acristalado y de las ventanas que dan a la calle. Pero lo primero que se ve es el color. La casa amarilla es la más amplia (100 metros cuadrados) y sus carpinterías metálicas y su suelo de resina epoxi reflejan la luz del patio. También la casa verde (55 metros cuadrados) reacciona brillando en cuanto sale el sol. Las viviendas tienen el aspecto ligero que consiguen las escaleras de chapa plegada y una estructura de acero. No fue una elección trabajar con prefabricados, simplemente se impuso la ubicación. La estrechez de la calle del casco antiguo aconsejaba reducir el trabajo en la obra a lo mínimo, por eso los arquitectos descartaron la estructura de hormigón y los falsos techos. Y redujeron la elección de materiales a un mínimo: chapa metálica y pintura, para los cerramientos, y carpinterías y resina epoxi para el suelo. Los espacios comunes tienen vistas al patio: dos lados para la casa amarilla y el tercero para la cocina de la verde. Y los zaguanes (azul en la casa amarilla y amarillo, en la casa verde) funcionan por contraste: rompen el juego cromático con cajas coloreadas. Todo eso sucede dentro de las viviendas. En la calle estrecha del centro histórico, junto a la fachada blanca, reina la calma. Solamente las ventanas asimétricas que dan la cara invitan a pensar que allí dentro, tras la fachada encalada, la vida podría ser distinta.