Ingenieros a la greña

El Colegio de Ingenieros de Cataluña ha sido en los últimos años y décadas una balsa de aceite. Las juntas se suceden cuando toca sin necesidad de elecciones porque, hasta ahora, se había pactado la constitución de las mismas. Hasta ahora. Un grupo de profesionales ha presentado una candidatura frente a la mayoritaria y ha acusado a la junta actual de barrer a favor de la otra. Y la plácida vida del Colegio de ha visto agitada por la contienda y por una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que anula varios artículos de los nuevos estatutos. Se trata de los artículos que permiten la colegiación de ingenieros geólogos, químicos y de organización.

Esta reforma ya fue impugnada por la organización colegial española que entendió que la decisión catalana rompía el estatu quo. En estos momentos, el decano del Colegio, Joan Vallvé, ha sido expedientado desde Madrid. Vallvé no se ha inmutado. Entiende que las normas responden a las competencias previstas en el Estatuto y que se halla dentro de la legalidad. Y a todo esto, las elecciones para dentro de unos días.

La sentencia suspende la colegiación de las nuevas especialidades admitidas, de ahí que la candidatura opositora entiende dos cosas: a) los colegidos por esa vía no deben poder votar hasta que la sentencia sea firma en un sentido o en otro; b) los colegiados por esa vía que figuran en la candidatura deben se apeados de la misma.

La interpretación de la Junta no es coincidente. En su opinión, los jueves han suspendido la colegiación de esas especialidades, pero no han anulados la calidad de colegiados de los que ya lo habían hecho, por lo tanto, éstos tienen plenos derechos como elegibles y electores.

La solución, dependiendo de los tribunales, no será probablemente mañana.