La intervención de Zapatero siembra la expectación en el Hemiciclo
Unos 400 periodistas se han acreditado para cubrir los dos días de debate
La intervención del presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha sembrado el silencio y la expectación entre a los diputados, que en ese momento estaban tomando asiento, ruidosamente, en el Hemiciclo. Se trata de su día, la fiesta del parlamentarismo, el decimoctavo debate sobre el estado de la nación y segundo desde que José Luis Rodríguez Zapatero ocupa la Presidencia del Gobierno. La mujer del presidente, Sonsoles Espinosa, vestida de blanco, le escuchaba también atenta desde la tribuna de invitados.
Junto a Sonsoles Espinosa se encuentraba sentado el director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, Miguel Sebastián, que siguió con atención el discurso de Zapatero. Al otro lado de la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados están instalados la presidenta del PP en el País Vasco, María San Gil y los eurodiputados populares Loyola de Palacio y Luis de Grandes.
El banco azul, destinado al Gobierno, está al completo. Los 16 ministros de Zapatero han seguido atentamente el desarrollo del discurso del jefe del Ejecutivo han roto en aplausos en 31 ocasiones.
También la tribuna de prensa registra hoy un lleno total. Para este debate se han acreditado más 400 informadores de prensa escrita, radio y televisión. De hecho, una hora antes del inicio del debate ya comenzaban a formarse las primeras colas de periodistas en el acceso principal del Congreso por la Carrera de San Jerónimo.
Este año por primera vez, los periodistas, camarógrafos y fotógrafos podrán resguardarse de los rigores del calor gracias a una carpa instalada en el patio del Palacio y que también servirá de vestíbulo a los miles de ciudadanos que visitarán el Congreso el próximo fin de semana en las Jornadas de Puertas Abiertas de la Cámara Baja.
Como es habitual en este tipo de sesiones plenarias, el Cuerpo Nacional de Policía también ha montado un importante dispositivo de seguridad en torno al Congreso de los Diputados, donde el tráfico no ha sido cortado, aunque está sometido a control policial.
Del operativo se ocupan principalmente agentes uniformados de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía, apostados en todos los accesos al Congreso y también en sus calles aledañas. Estos policías revisan el maletero y los bajos de todos los vehículos que entran en el aparcamiento público situado bajo la Plaza de las Cortes, examinan las motocicletas estacionadas en las proximidades y mantienen patrullas permanentes en la zona.
También, los policías de la Unidad de Subsuelo se ocupan de revisar las alcantarillas y subterráneos del entorno del Congreso, mientras los guías caninos utilizan perros adiestrados en la detección de explosivos.
Además de policías, periodistas y políticos, los alrededores de la Cámara Baja son un ir y venir de turistas extranjeros de camino a los vecinos museos del Prado y Thyssen-Bornemisza y que preguntan curiosos qué se celebra en el Congreso.

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