La mancha del 'Prestige' avanza hacia la costa en un frente de 551 km2

El fuel vertido al mar por el petrolero Prestige se dirige hacia las costas gallegas en un frente de 551 kilómetros cuadrados, cuatro veces la extensión de la Ría de Vigo, según asegura hoy el diario El Faro de Vigo. Los expertos creen que la mancha podría llegar al norte en cuatro o cinco días.

El Ministerio de Fomento aseguró ayer que esa mancha forma un rectángulo de 29 kilómetros de largo por 19 de años y estaría fragmentada en un centenar de distinto tamaño, señala el diario gallego. Sin embargo, algunas fuentes señalan que esa mancha que se dirige a la costa mide el doble.

Los expertos creen que la mancha, que se desplaza hacia el este y noreste, podría llegar al litoral en cuatro o cinco días.

Matas culpa a la empresa de rescate

Por su parte, el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, ha señalado a la empresa holandesa contratada para rescatar al petrolero como la responsable del vertido de fuel. La critica lanzada días atrás por esa empresa al Gobierno español por su decisión de remolcar al Prestige a alta mar, es contestada por Matas asegurando que "es impresentable que tengamos que dar explicaciones a estos señores. Sólo faltaría".

La descoordinación

La descoordinación y la falta de medios dificultan las tareas de limpieza llevadas a cabo en la costa gallega afectada por el vertido del Prestige. El Ejército y los voluntarios y ecologistas que se han sumado a los trabajos lo hacen con medios rudimentarios como cubos y palas. Mientras, el fuel sigue llegando a las costas y amenaza con empeorar aún más la situación.

La Administración sólo dispone de 435 personas, casi una por cada kilómetro de litoral afectado, para borrar de arenales y rocas las pestilentes huellas del Prestige, según informa Xosé Hermida.

Las fuertes críticas a la dejadez de los políticos y a la falta de coordinación han obligado al vicepresidente Mariano Rajoy a trasladarse a la zona para poner orden en una situación desbordante. A su llegada, ayer, Rajoy -que tuvo que cancelar un acto previsto en Madrid- se topó con los cubos de fuel depositados por activistas de Greenpeace a las puertas de la Delegación del Gobierno en A Coruña con una pancarta que rezaba así: "Oil kills" (el petróleo mata).