Mónica Ceberio, subdirectora de EL PAÍS: “Lo más interesante del periodismo actual es que cada historia se puede contar de la mejor manera posible”
UNIR y PRISA convocan una nueva edición de su máster ‘online’ en Proyectos Periodísticos Digitales Avanzados


EL PAÍS, en colaboración con la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), ha presentado la segunda edición de su Máster en Proyectos Periodísticos Digitales Avanzados, cuyo plazo de matriculación estará abierto hasta el próximo 20 de octubre. Este programa de posgrado está pensado para periodistas en activo, recién licenciados y creadores de contenido que buscan especializarse en las dinámicas más actuales del periodismo digital y adquirir las competencias necesarias para afrontar un entorno profesional en permanente transformación.
Un máster en formato online cuya formación combina la enseñanza académica con la experiencia directa de profesionales en activo de PRISA Media, que guiarán a los alumnos en el uso de herramientas y recursos imprescindibles para la práctica periodística actual. Desde la producción de podcasts, videoblogs y boletines (newsletters) hasta el desarrollo de aplicaciones móviles; desde coberturas en directo y emisiones en streaming hasta el periodismo de datos o el uso de realidad virtual y aumentada; y todo con un enfoque especial en las posibilidades que abre la Inteligencia Artificial aplicada al trabajo periodístico. Sus estudiantes, además, tendrán la posibilidad de realizar prácticas en las redacciones de EL PAÍS tanto en España como en América, así como en otros medios de PRISA (El HuffPost, AS, Podium Podcast, Cadena SER, LOS40, Caracol Radio y W Radio en Colombia y México, o ADN Radio en Chile).
Para entender las claves del periodismo actual y la importancia de disponer de las herramientas y competencias necesarias, hablamos con Mónica Ceberio, subdirectora de Información de EL PAÍS.
Pregunta. ¿Cómo ha cambiado la forma de contar historias en el periodismo en los últimos años?
Respuesta. Cuando yo empecé a trabajar, hace 20 años, elpais.com apenas estaba empezando, y básicamente tu obligación era escribir un buen texto que incluyera toda la información, meterlo en una caja en Hermes [el programa de edición del periódico] e ir acompañada de un fotógrafo, y ya está. Con internet, claro, todo eso salta por los aires: en un periódico hay un montón de maneras diferentes de contar una historia.
A veces tendemos a pensar que el periodismo digital es hacer millones de cosas (vídeo, podcast, gráficos interactivos, un texto maravilloso...), pero lo realmente interesante del periodismo actual es que cada historia se puede contar de la mejor manera posible. Igual, lo mejor que puedes hacer es escribir un texto perfecto, bien editado y con acompañamiento gráfico, y ya. O igual lo mejor es convertir esa historia en un podcast y nada más. O hacer un especial interactivo que mezcle todas las posibilidades del periodismo digital, con audios, gente y gráficos que cuenten perfectamente dónde estamos y cómo algo está evolucionando. Es decir, que tienes muchas herramientas a tu servicio.
P. ¿Hasta qué punto es importante el trabajo en equipo?
R. Muchísimo; es alucinante lo que se puede conseguir si el trabajo de equipo está bien hecho. Cuando estuvimos el año pasado cubriendo los efectos de la dana en Valencia, todo el mundo tenía un montón de grabaciones de los momentos en los que había gente ahogándose, de personas que intentaban rescatar a otras con sábanas tiradas desde los balcones... Yo mandé muchos vídeos de una calle de Catarroja, uno de los municipios más afectados, en la que había varios fallecidos, pero no sabía cómo todo eso se podía mostrar visualmente a los lectores. Así que lo mandé al periódico y aquí Brenda Valverde y el equipo de vídeo hicieron un montaje que te permitía ir viendo, casi minuto a minuto, cómo fue llegando, en qué momento se recibió la alerta de la Generalitat avisándoles de que no salieran a la calle... Se pudo hacer un trabajo muy pormenorizado gracias a la gente que estaba aquí echándome una mano.
Lo más interesante, en definitiva, es que tenemos muchos más medios que antes; y lo que sucede con frecuencia es que nos falta tiempo para hacer cosas, porque al final todas esas herramientas necesitan mimo y cuidado. Lleva tiempo hacer un contenido multimedia.
P. Estamos en un momento en el que muchos jóvenes parecen dar la espalda a los medio tradicionales, optando por acudir a plataformas móviles como TikTok a la hora de informarse. ¿Qué riesgos conlleva esto, y cómo se puede competir por la atención de la audiencia?
R. Hay que desarrollar herramientas para llegar a esos lectores que sabes que no van a estar leyendo un artículo tuyo durante 20 minutos. Nuestro canal de YouTube, por ejemplo, tiene tres millones de suscriptores, pero es que tenemos un montón de canales y de fórmulas para dirigirnos a ese público. Lo que pasa es que son formas de hacer las cosas que también son nuevas para nosotros, y nos vamos adaptando en cada momento para intentar contar las cosas en redes sociales de la mejor manera posible.
En lo que respecta a los riesgos, es importante que la fuente sea siempre fiable, sea cual sea la plataforma. Porque en internet hay todo tipo de información, desde la que es cierta, rigurosa y contrastada por profesionales, hasta raudales de bulos y desinformación, que tienen unos efectos muy perniciosos para los sistemas democráticos. Para nosotros, como medio, el reto está en llegar a esa gente que tiene una forma diferente de acceder a la información.
P. Hace unos meses, y hablando de los bulos en el ámbito de la salud, la pediatra Lucía Galán me decía que cualquier influencer necesitaba apenas 20 segundos para difundir cualquier barbaridad, pero que ella necesitaba al menos dos minutos para contrarrestar eso y explicar por qué no era verdad.
R. Dos minutos para explicarlo, varias horas para prepararlo y toda una vida de conocimientos para llegar ahí, ¿no?
P. Sí, por supuesto. Me refiero a que parece que hoy en día, pedirle a alguien dos minutos de su atención es pedir demasiado.
R. Sí, pero también es cierto que luego vemos un montón de vídeos en YouTube e influencers de todo tipo que consiguen que los chavales estén durante una hora y media o dos horas viendo una entrevista o bromas en TitTok. Por un lado, hay un consumo de historias muy breves, de menos de 30 segundos, pero por otro lado hay contenidos mucho mas extensos que enganchan a los lectores.
Creo que, en general, al periodismo siempre le ha costado llegar a los lectores jóvenes, y de ahí experimentos muy interesantes como Tentaciones en EL PAÍS. Probablemente el reto es ahora mucho mayor, porque está cambiando mucho la forma de consumir información.
P. ¿Qué impacto tienen hoy en día las narrativas visuales en la manera de contar una historia?
R. Resulta fundamental. Pero también es importante, como señalábamos antes, plantearse cuál es la mejor manera de contar cada historia. Por ejemplo, con los temas científicos nos pasa mucho, y creo que nuestra sección de ciencias es especialmente didáctica, divulgativa y entretenida, pero hay historias que de un solo vistazo las entiendes. Ni siquiera se trata de atrapar al lector, sino de que este consiga entender.
Una de nuestras historias más premiadas y que más interés ha generado en los últimos tiempos del periódico es una que hicieron a medias Mariano Zafra, infógrafo, y Javi Salas sobre cómo se contagiaba el coronavirus. Una historia que literalmente dio la vuelta al mundo y que se tradujo a un montón de idiomas, en la que se unieron un periodista tradicional y alguien especializado en visualizaciones. Juntos consiguieron que entendieras, sin leerte un artículo de 40 páginas, y de manera muy clara y muy visual cuáles eran los riesgos de propagación del coronavirus en una clase o en un salón.
Cuando de repente un periodista da con la tecla correcta, te das cuenta al instante. Y es que las nuevas narrativas te permiten hacer cosas de las que un texto con principio y fin no es capaz. Por ejemplo, son muy interesantes los formatos que usamos para analizar discursos de políticos y mandatarios. Porque si tú escuchas a Putin en la tele, te puedes quedar con la idea general, pero esas herramientas te permiten prácticamente ir analizando casa frase, que en los discursos importantes siempre significa algo.
P. ¿Cuáles son las competencias y habilidades más necesarias para trabajar como periodista en entornos digitales?
R. Depende del sector del periodismo digital en el que te quieras desarrollar. Lo que desde luego ha sucedido es que se han abierto muchas especializaciones periodísticas que antes no existían: todo el mundo que gira en torno al periodismo de datos, la infografía, el periodismo visual... son todos profesionales muy demandados que necesitan conocimientos específicos. Y luego, para los demás, es importante tener una mirada abierta hacia todo lo que contábamos al principio: ¿cómo tengo que contar esta historia? Y si necesitas ayuda, tienes que pedirla porque muchas veces tú solo no puedes. Por eso es tan importante el trabajo en equipo en este tipo de especiales o proyectos multimedia.
P. En su opinión, ¿qué tipo de proyectos periodísticos tiene más recorrido en el panorama actual?
R. Creo que cualquier reportaje cuidado y bien elaborado, con un punto de vista innovador en cuanto a la manera de contarlo, idealmente debería tener un lugar en los medios. Creo que, de cara al futuro, sobrevivirán aquellos que consigan mantener la credibilidad, que la gente sepa que cuando acuden a esos lugares se pueden fiar y que, además, la información se les proporciona de una manera interesante, atractiva y entretenida.
Creo, en definitiva, que las nuevas narrativas permiten cubrir todo un abanico con todo el rigor extremo que te permiten los datos, los gráficos y los montajes, y a la vez hacerlo de una forma entretenida, atractiva e interesante, que también es la función de un periódico.
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