La OMC aplaza a 2026 lo peor del golpe arancelario
El comercio mundial crecerá más de lo previsto este año gracias al tirón de Asia y la inteligencia artificial


El batacazo del comercio mundial finalmente no será tal. Al menos no en 2025. El negro escenario que dibujaban los aranceles de Donald Trump en abril, cuando la Organización Mundial del Comercio hablaba incluso de contracción, se ha ido diluyendo conforme pasaban los meses. Detrás de ese vuelco hay una conjunción de factores que van desde el tirón de Asia, los adelantos de compras de las empresas estadounidenses para esquivar las tarifas en el primer trimestre, el bum de toda clase de dispositivos para alimentar la expansión de la inteligencia artificial, la desinflación o la buena salud de los mercados laborales. Eso no significa que los aranceles vayan a ser inofensivos: la institución vaticina ahora que lo peor de sus efectos se retrasará a 2026, cuando el comercio de mercancías apenas crecerá.
Según las cifras que maneja la OMC, el crecimiento del comercio de bienes será este año del 2,4%, un porcentaje mucho más parecido al que vislumbraba al comienzo del año (2,7%), que al aterrador -0,2% de abril, en plena guerra arancelaria, o el 0,9% de agosto, aunque sigue por debajo del 2,8% de 2024. El buen dato del primer semestre del año, cuando el volumen de mercancías que se movió de un punto a otro del planeta aumentó un robusto 4,9%, ha obligado a los expertos de la OMC a rectificar el tiro por completo, un síntoma de la volatilidad y la dificultad de hacer predicciones económicas, incluso a corto plazo, en los tiempos actuales.
Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la entidad, explica así el giro. “La respuesta mesurada de los países a los cambios arancelarios en general, el potencial de crecimiento de la IA, así como el aumento del comercio entre las economías emergentes, ayudaron a mitigar los reveses comerciales en 2025″.
Esa fotografía se vuelve algo más turbia si se observan combinados 2025 y 2026. En abril, ambos años juntos sumaban un crecimiento del comercio del 2,3%, y ahora, seis meses después, suponen un avance del 2,9%, apenas seis décimas más, lo cual no es mucho teniendo en cuenta que la comparación se hace con el momento en que se alcanzó el pico de incertidumbre.
En la rueda de prensa de presentación de los datos, Okonjo resaltó que apenas ha habido represalias comerciales como respuesta a Trump, lo que ha evitado un mal mayor, sin embargo, dijo “estar preocupada”, y rechazó que sea el momento de “palmaditas en la espalda”, porque las turbulencias no desaparecen, sino que se aplazan a 2026. La proyección del último informe de Perspectivas del Comercio Mundial, publicado este martes, es que el próximo año los intercambios crecerán un pírrico 0,5%, frente al 1,8% anterior.
La tesis es que al haber entrado en vigor aranceles más altos en agosto —y más recientemente, el 1 de octubre, EE UU impuso nuevas tasas a los productos farmacéuticos—, estos tardarán cierto tiempo en hacer efecto. También se espera una desaceleración, aunque en menor medida, de las exportaciones mundiales de servicios, del 6,8% en 2024 al 4,6% en 2025 y el 4,4% en 2026.
El cambio tecnológico que está suponiendo la inteligencia artificial, con Nvidia, la compañía más valiosa del mundo por valor en Bolsa, a la cabeza, pero con miles de firmas participando del ecosistema, está alentando compras masivas de semiconductores, procesadores, servidores o equipos de telecomunicaciones, así hasta 100 líneas de productos distintos que tienen en común ser necesarios para su funcionamiento.
“Los bienes relacionados con la IA se convirtieron en el principal impulsor del crecimiento del comercio mundial en el primer semestre de 2025″, asegura contundente la OMC. Y apoya su afirmación en datos: los artículos de este grupo crecieron más de un 20% interanual, de los 1,61 billones de dólares que representaron en el primer semestre de 2024 a los 1,92 billones del mismo periodo de este año. Un suculento negocio que tiene como protagonistas principales, tanto en el lado comprador como en el vendedor, a empresas estadounidenses, con excepciones notables como la taiwanesa TSMC o la holandesa ASML.
EE UU, sin embargo, tiene pocos motivos para sacar pecho. Según el nuevo pronóstico, Asia y África registrarán el mayor crecimiento exportador en 2025, con un 5,3%, seguidas de América del Sur, América Central y el Caribe (2,4%), Oriente Medio (2,0%) y Europa (0,7%). América del Norte, en cambio, sufrirá una contracción (-3,1%). “A pesar de un sólido primer semestre de 2025, se prevé que los flujos comerciales de América del Norte contribuyan negativamente al crecimiento del comercio mundial de mercancías durante todo 2025 y 2026″, constata el informe de 38 páginas elaborado por los analistas de la OMC.
Redirección
Uno de los flujos más importantes, el que mantienen China y EE UU, está viviendo un redimensionamiento por los aranceles, pero la OMC constata que la caída de las exportaciones directas desde el gigante asiático a EE UU se ha visto compensada por los incrementos de los envíos a otras economías asiáticas y Alemania, resultando en un crecimiento del 6% que muestra la capacidad de Pekín de reinventar sus cadenas de suministro.
La experiencia de lo ocurrido este año, lleno de bandazos en las predicciones, anima a ser cautos con los augurios, porque previsiblemente seguirá habiendo revisiones relevantes en los meses venideros. No son descartables nuevas sorpresas positivas, pero el porvenir del comercio global, visto desde el prisma de la OMC, no parece el más halagüeño a medio plazo. “Las perspectivas para el segundo semestre de 2025 y para 2026 son menos optimistas. Con la aplicación de aranceles más altos y una política comercial aún muy incierta, se espera que la concentración anticipada de compras se reduzca a medida que se reduzcan los inventarios acumulados y se desacelere el crecimiento del PIB. Se han observado posibles signos de debilidad en el comercio y la producción manufacturera en las economías desarrolladas, incluida una menor confianza de las empresas y los consumidores y un crecimiento más lento del empleo y los ingresos”, diagnostica.
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