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La OMC confía en la inteligencia artificial como revulsivo frente a la oleada proteccionista

El informe anual de la Organización Mundial del Comercio concluye que las nuevas tecnologías pueden hacer crecer los intercambios globales un 37% hasta 2040 pese al “complicado panorama” internacional

Imagen del puerto de Los Ángeles (oeste de EE UU), el pasado febrero.
L. D. F.

Una oportunidad y un reto. La Organización Mundial del Comercio (OMC) hace propia esta dicotomía para analizar el impacto de la inteligencia artificial sobre los intercambios globales de bienes y servicios en el actual panorama marcado por una nueva ola proteccionista. En su último informe anual, publicado este miércoles, el organismo concluye que la IA, en pleno auge, podría expandir el valor del comercio internacional entre el 34% y el 37% para 2040 y elevar PIB mundial entre un 12% y un 13% gracias a la reducción de costes y el aumento de la productividad que tiene el potencial de brindar. La otra cara de la moneda es el lado oscuro que siempre acompaña a los nuevos fenómenos: aunque el potencial de las nuevas tecnologías es enorme, sus beneficios no están garantizados y hasta podrían ampliar la brecha entre países y sectores productivos, por lo que se recomienda la implementación de políticas adecuadas.

En un documento titulado Making trade and AI work together to the benefit of all (Lograr que el comercio y la IA trabajen juntos en beneficio de todos), la organización aborda el papel que la inteligencia artificial puede jugar en el “complicado panorama” internacional. Las barreras a los intercambios de bienes y servicios han crecido de forma exponencial en los últimos tiempos, con la ofensiva arancelaria de Washington como emblema de esta nueva era proteccionista. Pero los expertos de la OMC creen que las nuevas tecnologías pueden ser un revulsivo: “A medida que el comercio global se vuelve más dinámico y fragmentado, la IA ofrece a las empresas nuevas formas de mejorar la visibilidad, reducir los costes de cumplimiento y gestionar mejor la incertidumbre”, analiza el informe.

A la vez, la OMC alerta de que la ganancia proporcionada por la inteligencia artificial será muy desigual si los países de bajos ingresos no cierran la brecha digital que los separa de los mercados más desarrollados: estas jurisdicciones aumentarían sus ingresos solo un 8%, frente al 14% de las economías avanzadas. Por ello, el organismo multilateral recomienda la elaboración de marcos regulatorios inclusivos, inversiones focalizadas y un refuerzo de la cooperación internacional en este ámbito.

Asimismo, la inteligencia artificial —que abarca amplias áreas que van desde el procesamiento de datos a la toma de decisiones en entornos complejos— podría causar una disrupción en los mercados laborales. Sus aplicaciones tienden a favorecer la producción intensiva en capital y datos, lo que implica una desventaja competitiva para aquellos países cuyas actividades principales reposan sobre mano de obra poco cualificada.

De hecho, la “creciente complejidad del comercio global” y la imposición de aranceles por doquier está propiciando la demanda de nuevas soluciones basadas en la inteligencia artificial, asegura la organización. Entre sus objetivos están el análisis de riesgos normativos, la realización de auditorias y el análisis de las órdenes de compra. El informe concluye que la implementación de soluciones basadas en la IA puede reducir los costes comerciales, que en los últimos años han aumentado por la aplicación de tarifas y las interrupciones en las cadenas de suministro, por ejemplo agilizando el cumplimiento normativo y la ejecución de contratos, reduciendo las barreras lingüísticas o mejorando la coordinación entre proveedores y compradores.

“El impacto futuro de la IA dependerá de las decisiones actuales. Con la inversión adecuada en infraestructura digital, capacitación de trabajadores, reformas internas y cooperación internacional, la IA puede ampliar oportunidades y fortalecer el sistema multilateral de comercio”, señala el organismo con sede en Ginebra. “Pero sin acción deliberada, las brechas podrían ampliarse y los beneficios concentrarse“, alerta.

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Sobre la firma

L. D. F.
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
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