Las olas de calor recortan la vendimia
La cosecha no llegará a los 38 millones de hectolitros y se quedará lejos de la media de 43 millones de la última década

La producción total de vino y mosto de esta vendimia no llegará a los 38 millones de hectolitros a consecuencia de las olas de calor registradas en los últimos meses, según los datos manejados por las Cooperativas Agroalimentarias. Son proyecciones realizadas apenas iniciada la recolección en algunas zonas para las variedades más tempranas, y a escasas semanas de que se generalice la misma en todo el territorio. Ello supone una ligera recuperación de la producción frente a los 36,8 y los 32,2 millones de hectolitros de los dos años precedentes, provocada también por la sequía, y a los fuertes calores, pero lejos de la media de los 43 millones de hectolitros de la última década. A los efectos del calor se suma el impacto negativo sobre los viñedos de enfermedades como el mildiu, además de tormentas, pedriscos o los daños en aumento provocados por la fauna salvaje, especialmente el jabalí. La existencia de lluvias semanas antes de la vendimia supondrían un incremento de la producción.
En esa evolución de la oferta a la baja, al margen de las medidas adoptadas en el pasado sobre limitación de rendimientos en viñedo o en bodega, ha jugado un papel clave la reducción de las superficies de cultivo en las últimas décadas, arranques con o sin ayudas, para pasar desde más de 1,3 millones de hectáreas a menos de 900.000.
Sin embargo, en el eje de los problemas en el sector se halla la evolución de la demanda y la respuesta a la misma desde la producción y la industria bodeguera. Se bebe menos vino por persona, en parte por argumentos ligados a la salud, mientras crecen otras bebidas de alta graduación alcohólicas.
El sector sigue sin dar con la tecla para disponer de una oferta dirigida a los nuevos gustos y capacidad adquisitiva de los nuevos consumidores jóvenes, a la incorporación en la demanda de nuevas generaciones frente al consumo tradicional de una generación de edad avanza en retroceso y, además, al incremento en la demanda de otras bebidas alternativas como la cerveza, que lleva la delantera a la hora de adaptar su oferta a cada segmento de la demanda.
En este escenario, la demanda de vino para su consumo directo ha parado su línea de caída permanente desde hace más de una década y se halla en un leve proceso de recuperación con un incremento en el último año del 0,5% hasta los 9,8 millones de hectolitros, pero se trata de una cifra que se halla muy lejos de los más de once millones de hectolitros de 2020. En la actualidad, España cuenta con un stock de vino de 33,8 millones de hectolitros, especialmente en tintos, aunque este se ha reducido desde los 17 a los 14 millones.
En ese escenario, con una producción elevada, España se mantiene a la fuerza como un país tradicionalmente exportador tanto en envasados como en graneles, en la mayor parte de los casos desde las cooperativas, pero también desde grupos bodegueros. Los graneles suponen una pérdida de valor añadido, aunque se trata de una actividad importante a la hora de agilizar y liberar excedentes, sin olvidar que en conjunto las ventas se traducen en unos ingresos superiores a los 3.000 millones de euros.
Otros mercados
Desde la consultora AWM, Rafael del Rey, experto en el sector, destaca la existencia de las grandes posibilidades que tienen los vinos españoles por calidad y precios para competir en todos los mercados, al margen de las políticas arancelarias de países como Estados Unidos y por las limitaciones de acceso a otros mercados como el Reino Unido por el volumen de los impuestos.
Del Rey destaca la existencia de grandes posibilidades en otros mercados como los países de la Europa más al norte, terceros países y para ello señala la necesidad de una mayor capacidad de adaptación de la oferta a los mercados de los grupos exportadores y donde un buen ejemplo son los exportadores italianos.
No obstante, al margen del camino a recorrer y la necesidad de mejorar estrategias, el sector del vino español tiene ya en su haber la presencia en casi 200 mercados donde destacan, en el marco comunitario, Italia, Francia o Alemania, y fuera Estados Unidos, Canadá y varios países del centro y sur de América.
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