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Trump pone fin a cuatro años ininterrumpidos de creación de empleo en Estados Unidos

El debilitamiento del mercado laboral apuntala las previsiones de una rebaja de tipos de la Reserva Federal

Un trabajador en la bolsa de Nueva York, el jueves.
Macarena Vidal Liy

Donald Trump regresó a la Casa Blanca con la promesa de disparar la creación de empleo. No ha sido así: el mercado laboral se debilita y, por primera vez desde la pandemia, empieza a arrojar datos negativos. Según los indicadores conocidos este viernes, a una anémica creación de empleo en agosto, de apenas 22.000 puestos de trabajo no agrícolas, muy por debajo de las expectativas, se suman unas revisiones que indican que en junio se destruyeron 13.000 puestos de trabajo, la primera caída de la ocupación en más de cuatro años. La tasa de paro en agosto se situó en el 4,3%, la más alta desde octubre de 2021.

La economía estadounidense creó empleo en todos y cada uno de los cuatro años de mandato de Joe Biden, durante el que se batieron récords de generación de nuevos ocupados. La última pérdida de puestos de trabajo se remontaba al último mes completo del primer mandato de Donald Trump en la Casa Blanca. Con la errática política económica y comercial del republicano y la incertidumbre generada por sus medidas, la serie de 53 meses de creación de empleo se rompió en junio, según los datos revisados.

Los datos que ha hecho públicos este viernes la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) representan un nuevo indicio de que el mercado laboral se deteriora en la primera economía del mundo, y allanan el camino para un recorte de los tipos de interés en la reunión de este mes de la Reserva Federal. A todas luces, la pregunta en el Comité Federal de Mercado Abierto no será si se deben rebajar los tipos, sino cuánto y cuántas veces en los próximos meses.

Los economistas habían previsto una creación en torno a los 75.000 empleos en agosto. Las revisiones de los datos de los meses previos también confirman un mercado laboral más débil de lo previsto. En junio, la cifra pasa de un crecimiento de 14.000 empleos a un recorte de 13.000. En julio, se pasa de 73.000 empleos a 79.000. Combinados, la creación de empleo en ambos meses es de 21.000 puestos de trabajo menos de lo calculado inicialmente.

El informe es el primero después de las decepcionantes cifras de julio, que irritaron de tal modo al presidente estadounidense, Donald Trump, que casi de inmediato decidió despedir a la directora de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés). Las cifras revisadas se revelan ahora peores que los publicados originalmente.

Los datos también son los primeros desde que entraron en vigor, el 1 de agosto, los aranceles globales que el republicano ha impuesto al resto del mundo entre promesas, aún no materializadas, de que la medida desataría una avalancha de creación de puestos de trabajo en el sector manufacturero nacional. El inquilino de la Casa Blanca sostiene que aún pasarán meses hasta que los datos oficiales arrojen “cifras reales”. Los analistas atribuyen la debilidad en el mercado laboral, en parte, al efecto de los gravámenes y a la agresiva política migratoria de la Administración republicana.

El Gobierno estadounidense y la Reserva Federal vigilaban de cerca este informe, una nueva señal de que el mercado laboral se deteriora y la economía empieza a dar señales de debilidad. La firma ADP, uno de los gigantes en la elaboración de nóminas, había informado el jueves de una mera creación de 54.000 empleos en el sector privado en agosto. El bufete Challenger, Gray and Christmas había informado de que en lo que va de año las empresas han anunciado ya más despidos que en cualquier otro año desde el parón de 2020, en pleno estallido de la pandemia de covid. Las cifras de trabajadores que cambian de empleo se han desplomado, en un indicio de que se recortan las oportunidades. Por primera vez desde 2021 en el país hay más parados registrados que empleos disponibles.

Todo ello son señales de que el bum laboral tras la pandemia parece desvanecerse, mientras la economía no arroja indicios de arrancar. Algo preocupante para Trump, que basó su campaña electoral en promesas de mejorar la marcha de la economía.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.
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