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El ‘hiperbonus’ histórico de O’Hare: 460 millones por comprar Vodafone

El CEO de Zegona saca partido a las jugosas plusvalías del plan de incentivos que recibió tras la compra de la ‘teleco’ española

Eamonn O’Hare, presidente y fundador de Zegona.
Ramón Muñoz

El presidente y consejero delegado de Zegona, Eamonn O’Hare, puede pasar al olimpo de la información corporativa. Bajo su tutela, el gestor de inversiones británico compró Vodafone España en junio de 2024 por 5.000 millones de euros a la multinacional Vodafone Group. Una operación más entre las cientos que se cierran todos los años. Pero lo que nadie se esperaba —salvo tal vez el propio O’Hare— es que un plan de incentivos para directivos le fuera a convertir, merced a esta operación, en el ejecutivo con un bonus millonario que apunta a ser, si se materializa, uno de los mayores de la historia financiera.

O’Hare recibió en octubre de 2024 como recompensa del citado plan 34,26 millones de acciones de Zegona, que por entonces cotizaban a 3,571 libras por título (4,29 euros al cambio de entonces), por lo que su premio se elevaba a 122,35 millones de libras (147 millones de euros). El directivo prefirió mantener esas acciones en su poder al menos dos años, en lugar de venderlas, como prueba de confianza en la firma. Y desde entonces el valor de Zegona ha subido como la espuma y, consiguientemente, se han multiplicado las plusvalías latentes del primer beneficiario del plan. Hoy, los títulos de Zegona cotizan a 11,6 libras por lo que el premio recibido por O’Hare se ha revalorizado hasta los 397,4 millones de libras (unos 460 millones de euros).

Si decidiera vender esa participación, no solo multiplicaría su patrimonio sino que se convertiría en el directivo que ha recibido uno de los mayores bonus de la historia a escala mundial. El director de Operaciones de la entidad, Robert Samuelson, recibió un premio algo menor, pero también muy jugoso: 16,16 millones de acciones que, a precio actual, valen 187,4 millones de libras (217 millones de euros). Todo esto, con las cifras actuales de valoración bursátil.

El caso es inédito desde muchos puntos de vista. Para empezar, los premios corporativos suelen asociarse a la venta de empresas, no a su compra. Además, la situación financiera de Zegona no es la más boyante. Compró Vodafone España mediante créditos y la ayuda del propio vendedor (Vodafone Group), sin desembolsar prácticamente ninguna cantidad propia salvo una ampliación de capital de 300 millones de euros. A consecuencia de ello, mantiene una enorme deuda de 3.715 millones de euros, que ha tenido que refinanciar ya tres veces en el último año. El pago de los elevados intereses por esa deuda ha motivado que Zegona perdiera 439 millones de euros en su último ejercicio fiscal (1 de abril de 2024 a 31 de marzo de 2025).

Además, Vodafone España, su único activo, también está en pérdidas. Aunque los nuevos gestores, encabezados por el consejero delegado, José Miguel García, han enderezado en parte su deriva comercial, la operadora perdió 82,12 millones de euros en el último ejercicio fiscal por gastos no recurrentes como el coste de expediente de regulación de empleo que la empresa ejecutó y el cierre de tiendas propias.

Y es que otra de las aristas del asunto es que el multimillonario plan de incentivos para directivos de Zegona se otorgó prácticamente en las mismas fechas en las que se ejecutó el ERE para 898 trabajadores, el 28% de la plantilla, de Vodafone España. Un duro ajuste que Zegona justificó en “razones económicas, productivas y organizativas, determinadas por el fuerte deterioro financiero y comercial”.

Pero si Zegona es una empresa en pérdidas y apenas conocida en la City, fuertemente endeudada, que ha comprado otra empresa por ahora también en pérdidas y que ha tenido que recortar su plantilla, ¿por qué ha cuadruplicado su valor en Bolsa en un año? Según apuntan los analistas esa explosiva revalorización se debe principalmente a los aires de consolidación del sector y, en particular, a las declaraciones de Marc Murtra, presidente de Telefónica, el máximo rival de Vodafone en España. El directivo catalán ha insistido una y otra vez desde que tomó las riendas de la operadora en la necesidad de que la UE permita procesos de consolidación en cada país. El mercado podría haber interpretado estas palabras como una señal del interés de Telefónica por hacerse con Vodafone España.

O’Hare, ingeniero aeroespacial de formación, fue director financiero de los populares supermercados británicos Tesco entre 2005 y 2009 y de Virgin Media de 2009 a 2013. En 2015, fundó Zegona, que presume de que su negocio se basa en el lema “comprar, arreglar, vender” (buy-fix-sell), pero algunos directivos de compañías de telecomunicaciones que han sufrido los embates del fondo británico cambian el aserto por el de “comprar, saquear y vender”. La broma semántica tiene que ver con la agresiva estrategia de la entidad cuando irrumpe en el capital de una empresa, minimizando los riesgos, apalancándose en la propia sociedad que compra para aportar el menor dinero posible, para a los pocos años venderla con fuertes plusvalías. Con esa filosofía pronto dirigió su mirada a España, con la que compró la asturiana Telecable, vendida a Euskaltel, una operación por la que O’Hare, su inseparable socio Samuelson y otros directivos se llevaron un premio de 21 millones de euros.

Muy por encima de la media

La remuneración de los principales ejecutivos de Zegona está muy por encima de las firmas cotizadas británicas. La retribución media de un consejero delegado del FTSE 100, el índice de referencia de la City, es de 4,2 millones de libras anuales (4,9 millones de euros). Los bonus pagados por las grandes corporaciones multiplican los emolumentos de los directivos, pero sin llegar a la cuantía de los del fondo británico. En 2024, Joe Bae, del fondo KKR, recibió un bonus de 73,1 millones de dólares (63 millones de euros). Y Hock Tan, consejero delegado de Broadcom, se llevó un bonus de 161,7 millones de dólares (140 millones de euros).

En Estados Unidos, las remuneraciones de los altos ejecutivos de las grandes corporaciones, sueldo y bonus incluidos, son muy espléndidas. La clasificación de los mejor pagados la encabezó en 2024, Peter Gassner, jefe de Veeva Systems, una empresa de computación en la nube centrada en aplicaciones de la industria farmacéutica, que se llevó 172,4 millones de dólares (148 millones de euros). Le sigue Rick Smith, jefe de Axon Enterprise, que basa su negocio en la fabricación de armas eléctricas de defensa o táser, con 164,5 millones de dólares (142 millones de euros). Tobias Lütke, consejero delegado de Shopify, una empresa canadiense de comercio electrónico, se llevó 150 millones de dólares. El cuarto consejero delegado mejor pagado de Estados Unidos es un perfecto desconocido para el gran público. Se trata de Jim Anderson, el nuevo jefe de Coherent, una firma tecnológica fabricante de materiales ópticos que se embolsó 101,5 millones de dólares. En el quinto puesto aparece una empresa bien conocida por el público, la cadena de cafeterías Starbucks, que premió a su jefe, Brian Niccol, con 95,8 millones de dólares. En España, las remuneraciones son más modestas. Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, fue el mejor pagado: recibió 14,14 millones de euros en 2024, incluyendo salario base y bonus.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.
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