Cádiz recupera industria y albergará una planta única en Europa de biocombustibles en los viejos terrenos de Altadis
La firma Dreexo Energy invertirá 46 millones de euros y generará 250 puestos de trabajo para reconvertir un solar de Zona Franca con conexión al mar


Cádiz, la capital sin suelo para expandirse, llevaba desde abril de 2014 con una espina clavada. Por aquel entonces, Altadis finiquitó los 273 años de historia de una fábrica de tabacos en la ciudad que llevaba ya décadas languideciendo. Y, de golpe, 153.000 metros cuadrados de suelo industrial se quedaron sin uso. Han tenido que pasar 11 años para que una firma haya anunciado el proyecto que está llamado a dar utilidad al tercio del solar que aún no lo tenía. Los antiguos terrenos de Altadis albergarán una planta de pre tratamiento de biocombustibles que será “única en Europa”, según ha anunciado José Esteban del Corral, administrador de Dreexo Energy.
La compañía, participada mayoritariamente por Green Tie Capital, pretende desarrollar en los terrenos que hoy son propiedad de Zona Franca la primera planta del país en su clase capaz de tratar grasas complejas, vitales para que las petroleras puedan desarrollar biocombustibles. Bajo ese paraguas de sustancias grasas se incluyen aceites de uso doméstico (UCO), grasas animales —como las procedentes de mataderos—, aceites técnicos o subproductos industriales. En definitiva, todos serán materias primas de doble cómputo, también conocidos como subproductos. “Es economía circular 100%. Todos esos residuos que no se sabe qué hacer con ellos, le damos segunda vida”, según ha adelantado Del Corral en conversación telefónica con EL PAÍS.
El proyecto contempla que la planta ocupe los 51.000 metros cuadrados de la antigua Altadis que aún quedaban libres. Para ello, Dreexo Energy invertirá 46 millones de euros para reconvertir las actuales seis parcelas en las que estaba dividido el solar para crear unas instalaciones que tendrán acceso directo al mar por medio de una tubería. De hecho, ha sido esa ubicación estratégica cercana al mar la que ha convencido a la compañía para instalarse en el que es uno de los mayores suelos industriales libres que quedaba en la capital. “Necesitábamos un acceso al puerto y es perfecto por la ubicación. También ha sido posible por la predisposición de todos los organismos públicos y privados implicados”, apunta Del Corral.

La planta está ya en la última fase de permisos. Ahora está pendiente de superar los trámites de la Delegación Provincial de Medio Ambiente, donde ya se ha entregado la documentación. El administrador de Dreexo Energy espera que la resolución favorable llegue a final de este año. Posteriormente, solicitarán el permiso de obras al Ayuntamiento de Cádiz, por lo que la compañía trabaja con el horizonte de comenzar las obras a principios de 2026. En esa fase de construcción, la empresa contempla generar hasta 150 puestos de trabajo. Una vez las instalaciones estén operativas la previsión es crear 25 empleos directos (incluyendo ingenieros, operadores de planta y personal administrativo) y 75 empleos indirectos en logística, seguridad, mantenimiento, servicios portuarios y servicios auxiliares.
En pleno rendimiento, las instalaciones tendrán capacidad para almacenar hasta 166.000 metros cúbicos de grasas y gasóleo, para el que también se contempla la capacidad de almacenaje. Pero la principal tarea de la planta será la de pre tratar esas sustancias grasas residuales para convertirlas en precursores con los que las petroleras elaboran SAF (combustible sostenible para aviación) y HVO (diésel renovable). “Se las limpiamos para que puedan darle ese fin”, explica del Corral. Esa producción y logística de estas materias primas, conocidas como avanzadas, “liderará” ese segmento del sector, según explican desde la compañía. “Se trata de una plataforma industrial sin precedentes en su tipología, ubicación y tecnología”, añaden desde la firma.
“Actualmente no existe ninguna otra planta que combine el tratamiento industrial con el almacenamiento masivo (incluido gasóleo y HVO) y el acceso portuario directo para UCO y grasas animales en la región”, explica Del Corral, que la distingue por tecnología y envergadura de una planta de biodiésel existente en Huelva. El pre tratamiento de estos futuros biocombustibles es una necesidad detectada a unas petroleras que suelen encontrarse con problemas serios de estacionalidad y escasez de aceites vegetales para producir su biodiésel. “No da para abastecer toda esa demanda”, dice Del Corral. Es ahí cuando se tira de otro tipo de grasas, en este caso procedentes de residuos industriales o de grasas animales tratadas de los mataderos.
Los antiguos suelos de Altadis están ubicados justo a la entrada de la ciudad por el puente Carranza. Esa cercanía al núcleo poblacional ha hecho que la compañía refuerce controles para que toda la operativa “no sea contaminante” y genere cero residuos, según apunta el administrador de Dreexo Energy. Del Corral asegura que, aunque las grasas con las que trabajarán “no huelen”, la planta estará equipada para evitar “la contaminación del medioambiente y las personas”.
De los más de 151.000 metros cuadrados que tenía la planta de Altadis en Cádiz, quedaba en torno a un tercio por ocupar, después de que en los otros dos tercios se asentasen instalaciones de la Guardia Civil y Dragados, entre otros. Durante estos años y después de que Zona Franca adquiriese el terreno a finales de 2014, en los suelos libres se han planteado diversos proyectos sin cristalizar. Desde una malograda fábrica de velocípedos eléctricos, Torrot, a una clínica privada que no consiguió los permisos por la calificación industrial del espacio. Con ese proyecto, Dreexo Energy sostiene que la planta, gracias a su tecnología y ubicación, tendrá una “ventaja logística estructural para captar el flujo de materia prima desde África, Asia y el sur de Europa, y permitirá distribuir producto refinado hacia refinerías o clientes finales”.
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