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La UE eleva el pulso con China al vetar las grandes compras públicas de su material sanitario

La Unión prohibirá desde julio las adquisiciones por valor de más de cinco millones de dispositivos de uso médico procedentes del gigante asiático, salvo que no haya alternativas

El presidente de China, Xi Jinping, y la de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un foto de archivo de 2023.
Manuel V. Gómez

La guerra comercial con Estados Unidos no ha resuelto los roces que la Unión Europea tiene con la otra gran potencia mundial, China. La Comisión Europea ha decidido excluir las compras públicas de dispositivos sanitarios por valor de más de cinco millones de euros y, además, no permite que en las ofertas ganadoras de los concursos haya más de la mitad de productos chinos. Con esta decisión, anunciada este viernes, Bruselas estrena su Instrumento de Contratación Pública Internacional, una nueva herramientas para defender las posiciones comunitarias en un contexto de creciente guerra comercial.

La Unión Europea creó en la pasada legislatura un mecanismo con el que pretende vigilar que haya reciprocidad en la contratación pública internacional. Es decir, controlar que que las empresas europeas que se presentan a concursos en Administraciones de terceros países tengan el mismo trato y condiciones que las firmas no europeas reciben en la UE. Esto permite a la Comisión, si después de una investigación llega a la conclusión de que no es así, responder con represalias equivalentes.

La herramienta, como también lo es el Instrumento Anticoerción, más vinculado al comercio, se creó pensando sobre todo en China, como método de disuasión. Y ha sido precisamente con China con el país que se ha estrenado, en una decisión que viene a demostrar que el acercamiento entre la UE y el gigante asiático no va a ser tan sencillo como podría pensarse en principio ahora que hay una guerra comercial abierta con Estados Unidos.

Bruselas lleva advirtiendo de esto desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, empezó a subir aranceles. Entre la UE y China todavía hay muchos asuntos pendientes en sus asuntos comerciales como para que el deterioro de la relación transatlántica pusiera en marcha un mecanismo de vasos comunicantes. El principal, sin duda, es la sobrecapacidad instalada en el gigante asiático en muchos sectores: un elemento que amenaza con inundar determinados sectores (vehículos eléctricos, paneles solares...) de productos chinos, ahogando a los fabricantes de otras áreas. Y, además, esa sobrecapacidad se habría logrado a base de subsidios —en el caso del coche eléctrico hubo una investigación europea que así lo concluyó— que desnivelan la competencia.

En el caso de los dispositivos sanitarios, la Comisión abrió una investigación en abril de 2024. “Las pruebas recogidas indican que el mercado chino de contratación pública de productos sanitarios se ha ido cerrando gradualmente para las empresas europeas y para los productos fabricados en la UE. Esto se debe a las medidas introducidas por China que establecen diferencias injustas entre empresas locales y extranjeras, y entre productos sanitarios de producción local e importados”, explicaba Bruselas entonces para justificar la apertura de la investigación.

Las primeras conclusiones llegaron en enero, cuando se confirmaban los indicios que habían llevado a abrir el expediente meses antes: “Las principales conclusiones de la primera investigación realizada en el marco del Instrumento de Contratación Pública Internacional (IPI) de la UE presentan pruebas claras de que China limita el acceso de los fabricantes de productos sanitarios de la UE a sus contratos públicos de forma injusta y discriminatoria”.

Según los números recogidos en la investigación, el 87% de contratos públicos de productos sanitarios en China cuentan con medidas discriminatorias contra los productos sanitarios fabricados en la UE y los proveedores de la UE. “La Comisión ha planteado repetidamente esta cuestión a las autoridades chinas”, señala el comunicado difundido este viernes, “a pesar de estos esfuerzos, China no ha ofrecido hasta ahora compromisos específicos que aborden las medidas y prácticas discriminatorias”.

El paso siguiente ha sido la represalia: “Esta respuesta es proporcionada, al tiempo que garantiza la disponibilidad de todos los productos sanitarios necesarios para el sistema sanitario de la UE. Habrá excepciones cuando no existan proveedores alternativos”, indica la Comisión.

“La medida pretende incentivar a China para que cese su discriminación contra las empresas de la UE y los productos sanitarios fabricados en la UE y trate a las empresas de la UE con la misma franqueza con que la UE trata a las empresas y productos chinos. Se trata de una respuesta a la prolongada exclusión por parte de China de los productos sanitarios fabricados en la UE de los contratos gubernamentales chinos”, argumentan en el Ejecutivo de la Unión.

El comisario de Comercio, Maros Sefcovic, no obstante, no cierra la puerta a una solución negociada, puesto que apunta que “sigue comprometido con el diálogo para resolver este asunto”.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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