El Consejo de Economistas y Fedea piden reformas estructurales para los jóvenes
Los dos organismos proponen una batería de medidas en materia laboral, fiscal y de vivienda para fomentar la emancipación


Sueldos bajos, empleos precarios y un mercado de la vivienda sobrecalentado son algunos de los elementos que más condicionan el futuro económico de los jóvenes, que tienen cada vez más complicado emanciparse. Ante ese escenario, el Consejo General de Economistas (CGE) y el centro de análisis Fedea han pedido que se pongan en marcha reformas estructurales en distintos ámbitos, desde la fiscalidad a la educación y el mercado laboral, en la quinta sesión de los encuentros Fedea-CGE, titulada La situación económica de los jóvenes en España y celebrada este miércoles.
Durante la jornada, expertos de los dos organismos han abordado los factores que condicionan la situación económica de las cohortes más jóvenes. El debate ha sido moderado por el presidente del CGE, Miguel Vázquez Taín, y el director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente, y, además de Villares, ha contado como ponentes con José Ignacio Conde-Ruiz (catedrático de la UCM y subdirector de Fedea), Raquel Jurado (miembro del Registro de Economistas Asesores Fiscales) y Mar Villares (secretaria técnica del Registro de Economistas Asesores Laborales).
“La combinación de una alta tasa de temporalidad del 60,5% en los contratos de los menores de 30 años en 2024, unido a un salario medio de 1.558 euros brutos mensuales, que es un 27% inferior al salario medio nacional, y que el 46% de los jóvenes cuenten con contratos a tiempo parcial de manera involuntaria, configura un entorno laboral precario que retrasa la emancipación”, ha destacado Villares, quien ha propuesto un pacto de Estado para el empleo juvenil.
Además de esta propuesta, los expertos han puesto sobre la mesa otras iniciativas, como impulsar la formación profesional dual y universitaria, estrechando los vínculos entre los centros educativos y las empresas y mejorando la formación en competencias digitales. También han recomendado diseñar beneficios fiscales enfocados a la juventud con la emancipación y el emprendimiento como objetivos, profundizar en las ayudas a la conciliación e incentivar el acceso a la vivienda, tanto ampliando la oferta como reforzando los apoyos al alquiler e introduciendo incentivos tributarios para los hogares jóvenes con rentas bajas.
Vázquez Taín ha subrayado que los incentivos fiscales dirigidos a los jóvenes son escasos y, en caso de existir, fragmentados entre comunidades e insuficientes para compensar una presión tributaria que es proporcionalmente más gravosa, sobre todo en el caso de la imposición indirecta, para los sueldos más bajos. “Aunque muchos jóvenes no tributan por IRPF debido a sus bajos ingresos, sí asumen una carga significativa en cotizaciones sociales e impuestos indirectos como el IVA”, ha recalcado Jurado, quien ha defendido introducir incentivos fiscales para la vivienda habitual, a la formación y al emprendimiento.
El presidente de Fedea, Ángel de la Fuente, ha lamentado que el esquema actual de protección social beneficia más a los más mayores, y que el sistema de pensiones ya no logra financiarse con las nuevas incorporaciones al mercado laboral, puesto que la pirámide demográfica se ha invertido y necesita tirar de recursos que deberían emplearse para otras políticas clave como la educación o la innovación. “Este desequilibrio debería corregirse”, ha dicho. Conde-Ruiz ha mostrado una postura parecida y ha puesto el foco en la presunta brecha entre generaciones: ha señalado que la renta de los jóvenes ha caído un 10% desde 2008, mientras que la de los mayores de 65 ha crecido un 8% en el mismo periodo, a la vez que la edad media de emancipación ya supera los 30 años.
“Los jóvenes en España afrontan una doble desventaja estructural: la pérdida del impulso demográfico que antes sostenía el crecimiento económico y una menor capacidad de influencia política debido al envejecimiento del electorado”, ha detallado el subdirector de Fedea. En este escenario, ha reiterado, la única manera para que la renta per cápita progrese pasa por un aumento de la productividad.
“Se propone fomentar la contratación indefinida, especialmente mediante ayudas específicas dirigidas a jóvenes pertenecientes a colectivos vulnerables. También resulta clave revisar el sistema de prácticas y becas para garantizar su carácter formativo, con una retribución mínima y condiciones dignas, en línea con el futuro Estatuto del Becario. Asimismo, debe impulsarse el empleo juvenil en sectores estratégicos”, ha añadido Villares.
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