El instituto Ifo mejora sus previsiones sobre la economía alemana por los nuevos planes del Gobierno de Merz

Alemania podría dejar atrás su fase de debilidad y estancamiento económico más larga desde el final de la guerra. El instituto económico Ifo ha revisado al alza sus previsiones económicas para Alemania debido, especialmente, a las medidas fiscales anunciadas por el nuevo Gobierno liderado por el conservador Friedrich Merz y espera que la economía alemana crezca un 0,3% en 2025 y un 1,5% en 2026. En comparación con las previsiones de primavera, supone un incremento de 0,1 y 0,7 puntos porcentuales, respectivamente.

“La economía alemana ha dado los primeros pasos para salir de la fase de debilidad. Se vislumbra una recuperación sostenible, siempre que se estabilicen las condiciones internacionales y las medidas de política económica anunciadas surtan el efecto previsto”, explicó este jueves el director de coyuntura económica del Ifo, Timo Wollmershäuser, durante la presentación del pronóstico de verano.

De momento, la economía alemana ha comenzado el año con impulso. En el primer trimestre, el producto interno bruto (PIB) creció un 0,4%, después de haber cerrado 2024 en recesión por segundo año consecutivo. Según el Ifo, aproximadamente la mitad de este crecimiento se debió a las exportaciones anticipadas a Estados Unidos como reacción a la amenaza de los aranceles a la importación. Pero, al mismo tiempo, el consumo privado también se convirtió en un fuerte motor en Alemania. La gente consume más, motivada por un fuerte aumento de los ingresos reales.

Según indicó Wollmershäuser, también hay señales cada vez más positivas procedentes del sector de la construcción y de la industria manufacturera. “En nuestras encuestas vemos que la situación de los pedidos está mejorando lentamente y que el ánimo de las empresas se mantiene estable”. En su opinión, el optimismo ha aumentado debido al nuevo Gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas, que asumió el poder a primeros de mayo, y a los esperados impulsos en materia de política económica que se espera que ponga en marcha el Ejecutivo. “Pero la incertidumbre sigue siendo alta también porque, por supuesto, aún no hemos resuelto el conflicto comercial con EEUU”.

Según las estimaciones del Ifo, los planes del nuevo Gobierno para ampliar el gasto en infraestructura y defensa, así como aliviar la carga fiscal mediante la aceleración de las amortizaciones, la reducción de impuestos, la bajada de las tarifas de red y el aumento de la deducción por desplazamiento al trabajo, supondrán este año un impulso de 10.000 millones de euros y el año que viene de 57.000 millones de euros. Esto no había sido incluido en su última previsión y se alza ahora como la principal razón de esta mejora.

Asimismo, el experto del Ifo recordó que los precios de la energía han bajado considerablemente debido a que los precios del crudo son considerablemente más bajos, pero también a una serie de medidas fiscales como la reducción del impuesto sobre la electricidad y de las tarifas de red, que también reducirán los precios de la energía en los hogares. En base a esto, el ifo espera que la tasa de inflación se sitúe en el 2,1 % en 2025 y en el 2,0 % en 2026. Asimismo, pronosticó una estabilización del mercado laboral. La tasa de desempleo aumentará ligeramente hasta el 6,3 % en 2025 (desde el 6,0%) y descenderá ligeramente hasta el 6,1 % en 2026.

A pesar de este pronóstico, Wollmershäuser señaló que hay una serie de riesgos que pueden dar al traste con el tan esperado crecimiento económico. Por un largo, el conflicto comercial con EEUU y por otro lado, “está por ver con qué rapidez y en qué manera se aplicarán las medidas del Gobierno alemán”. Si todo sale como está previsto, Alemania dejará atrás la que es “con diferencia, la fase de estancamiento más larga que ha habido nunca en la historia de la posguerra alemana”.

La crisis económica que ha vivido Alemania los últimos años ha tenido un gran coste laboral. En la industria alemana se perdieron 100.000 puestos de trabajo el pasado año, especialmente en el sector automotriz donde se eliminaron 45.400 empleos, según un análisis publicado hace unos días por la empresa de auditoría EY. Asimismo, indicó que prevé la pérdida de al menos 70.000 puestos más antes de que finalice el año.

Al final del primer trimestre, la industria alemana empleaba a 5,46 millones de personas, 101.000 personas menos que un año antes, según el estudio, que se basa en datos de la Oficina Federal de Estadística de Alemania.

De esta manera, Alemania tiene ante sí, numerosos desafíos, que van desde el necesario avance en la digitalización y la mejora de la productividad hasta una reducción de la elevada burocracia, que según un estudio del Ifo, le cuesta a Alemania hasta 146.000 millones de euros al año en rendimiento económico. “En lugar de archivar papeles en carpetas, podríamos dedicar ese tiempo a producir bienes y servicios”, comentó Wollmershäuser sobre un problema que Alemania lleva años intentando solucionar