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Los institutos económicos alemanes alertan de la guerra comercial y rebajan el pronóstico de crecimiento al 0,1%

Los analistas recortan en siete décimas la previsión de aumento de PIB que habían proyectado en otoño. Alertan de las “debilidades estructurales” que acechan a la economía del país

El índice bursátil alemán DAX, en la Bolsa de Frankfurt.
Almudena de Cabo

La guerra comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llega en un momento complicado para Alemania. Tras dos años en recesión, la economía alemana se estancará en 2025, según el último pronóstico presentado este jueves por los principales institutos económicos del país europeo.

En su informe de primavera, los expertos económicos se mostraron más pesimistas que hace unos meses y proyectaron un aumento del producto interior bruto (PIB) de solo el 0,1% para el año en curso, frente al 0,8% de su pronóstico de otoño. Para el 2026, prevén un aumento del PIB del 1,3% debido al fondo financiero especial aprobado recientemente en el Parlamento alemán para impulsar las inversiones en defensa, protección del clima e infraestructuras. Asimismo, indicaron que a corto plazo la nueva política arancelaria de EE UU y la incertidumbre política y económica están afectando a la economía nacional, que afronta además graves problemas estructurales.

“Las tensiones geopolíticas y la política comercial proteccionista de EE UU están agravando la ya tensa situación económica de Alemania”, afirmó Torsten Schmidt, responsable de coyuntura económica del RWI (Instituto Leibniz de Investigación Económica), durante la presentación en Berlín del informe que elaboran dos veces al año los cinco mayores institutos económicos del país y que sirve de orientación para las proyecciones del Gobierno alemán. “Además, las empresas alemanas se enfrentan a una mayor competencia internacional, sobre todo de China. Por último, pero no por ello menos importante, las debilidades estructurales, como la escasez de personal cualificado y los elevados obstáculos burocráticos, lastran las fuerzas de crecimiento”.

De acuerdo con el informe de primavera, los aranceles estadounidenses sobre las importaciones de aluminio, acero y automóviles, que se mantienen de momento, podrían reducir el crecimiento del PIB en 0,1 puntos porcentuales este año y el próximo. Mientras, de aplicarse finalmente los aranceles adicionales anunciados el 2 de abril, y que acaba de pausar Trump durante 90 días, se duplicarían los efectos negativos. “Sin embargo, las repercusiones concretas son difíciles de cuantificar, ya que nunca antes se habían aumentado tanto los aranceles en la actual estructura económica globalizada”, explicaron los analistas. Aunque una cosa tienen clara, y es que los constantes cambios en los aranceles de EE UU lastran la actividad económica en Alemania.

Para Klaus Weyerstrass, del Instituto de Estudios Superiores IHS de Viena, que señaló que la media de los aranceles de importación de EE UU no había sido tan alta desde la crisis económica de la década de 1930, se trata de una incertidumbre económica “a niveles sin procedentes”, que “probablemente provocará que se pospongan los proyectos de inversión”. Asimismo, explicó que las condiciones marco para el pronóstico no solo incluyen la política comercial, sino también la política monetaria, donde los institutos económicos suponen que la fase de bajadas de los tipos de interés pronto llegará a su fin.

Junto con la política comercial y un entorno económico mundial que ha empeorado considerablemente, la situación de seguridad en Europa ha cambiado significativamente. “Los riesgos geopolíticos han aumentado como consecuencia de ello y esto afecta a la economía alemana en una fase en la que se está formando un nuevo gobierno y en la que deben tomarse decisiones importantes en materia de política económica”, explicó Schmidt. “Esto va acompañado en Alemania de una incertidumbre política y económica relativamente elevada. Y en esta situación tan compleja, el nuevo Gobierno debe marcar el rumbo y generar confianza en que saldremos de esta fase”, agregó sobre el futuro Ejecutivo, que estará liderado por el líder conservador, Friedrich Merz, tras ganar las elecciones del pasado 23 de febrero.

Como señalaron los expertos, la fase de debilidad es principalmente o en gran medida de naturaleza estructural. La competitividad internacional de las empresas del país ha empeorado, especialmente frente a los competidores chinos. Esto afecta a la industria automovilística, pero también cada vez más a la ingeniería mecánica y de plantas industriales. En este sector se están perdiendo cuotas de mercado no solo en China, sino también en terceros mercados. Y este no es un fenómeno a corto plazo, sino a largo plazo.

En este contexto, conservadores y socialdemócratas alcanzaron el miércoles un acuerdo para formar un Gobierno de coalición en el que se incluyeron incentivos fiscales para promover la inversión en el país, así como una reducción de la burocracia y de los precios de la energía. Al mismo tiempo, deberá abordar la ejecución de un plan multimillonario de inversiones en defensa, infraestructuras y medio ambiente que ya recibió la bendición del Parlamento y que implicaba modificar la ley de nuevo endeudamiento fijada en la Constitución alemana para poder aumentar el gasto.

En general, los expertos creen que el plan del futuro Ejecutivo incluye “muchos puntos positivos que deben desarrollarse”. “Lo que echo de menos es un párrafo más concreto sobre la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas. Ahora hemos creado un gran margen de endeudamiento adicional con las enmiendas a la Constitución”, indicó Oliver Holtemöller, del Instituto Leibniz de Investigación Económica de Halle (IWH). “Falta saber el rumbo que se quiere tomar a largo plazo”.

Según Stefan Kooths, del Instituto de Economía Mundial de Kiel (IfW), el problema es que los problemas estructurales seguirán existiendo. “La economía alemana es como un vehículo sobrecargado con los frenos desgastados. Ahora se puede pisar más el acelerador con el gasto público y acelerar a corto plazo, pero a largo plazo el motor no lo soportará. Para aumentar la dinámica de forma duradera se necesitan reparaciones que fortalezcan la economía y, quiero añadir, en el taller de la política regulatoria”, afirmó. El informe, conocido como Diagnóstico conjunto, es elaborado por los expertos de los institutos DIW, estru, IfW Kiel, IWH y el RWI en colaboración con el IHS.

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Sobre la firma

Almudena de Cabo
Ha desempeñado la mayor parte de su carrera como corresponsal en Alemania, país al que llegó en 2007 y donde ha trabajado para medios como la Agencia Alemana de Prensa (DPA), TVE o El Correo. Vivió varios años en Londres, donde trabajó para BBC Mundo antes de regresar a Berlín en 2024. Desde entonces escribe sobre Alemania en EL PAÍS.
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