Portugal mantiene bloqueada la importación de electricidad española desde el apagón
El grave incidente energético ha abierto el debate sobre la dependencia lusa de España, que suministraba más del 30% de la electricidad en el momento del corte por su bajo precio

Portugal lleva sin importar electricidad generada en España desde el día del apagón, una decisión que tiene un impacto inmediato en los precios. Para este martes, según datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), el precio medio mayorista previsto para España era de 10,24 euros por megavatio hora (MWh) frente a los 47,92 de Portugal, una relación casi de uno a cinco. La brecha es particularmente amplia en las horas centrales del día y se cierra solo en dos momentos de la jornada: en los picos de demanda de la hora del desayuno y de la cena.
Lisboa cortó la conexión en sentido entrada (España sigue exportando cuando así lo requiere su vecino) el fatídico lunes que dejó a oscuras toda la península Ibérica y de momento ha decidido prolongar el bloqueo, como mínimo, hasta este miércoles. El aislamiento de la red lusa, que opera la empresa privada Red Eléctrica Nacional (REN), fue necesario para proceder a la reactivación de todo el sistema, que recuperó gradualmente la actividad entre ocho y doce horas después del corte, según las zonas del país.
En una escueta nota, REN ha informado de que la capacidad de la interconexión entre Portugal y España será el miércoles de “cero megawatios en el sentido importador”. Una decisión tomada por “precaución”, según explicó la ministra de Medio Ambiente y Energía, Maria da Graça Carvalho, hace unos días en Faro.
Para reiniciar el suministro desde cero —el peor escenario posible al que se puede enfrentar un sistema eléctrico—, Portugal recurrió el lunes a las dos únicas centrales que cuentan con sistema de arranque autónomo: Tapada do Outeiro (gas natural) y Castelo de Bode (hidroeléctrica). Fueron necesarias varias tentativas antes de que funcionasen, lo que prolongó unas horas más el apagón, algo que el presidente ejecutivo de REN, Rodrigo Costa, minimizó en una entrevista en el periódico Expresso como algo que entra dentro del padrón habitual. El mismo día del apagón, el primer ministro anunció que dos nuevas centrales, la del Alqueva en el Alentejo y la de Baixo Sabor, en el norte, se incorporarían a los sistemas de arranque autónomo para disponer de cuatro centrales alternativas.
Unos flujos guiados por el precio
Aunque ambos países tienen una notable capacidad de generación hidráulica y eólica, el patrón habitual en la interconexión era que Portugal (aún más intensiva en ambas) exportaba a su vecino oriental cuando hay agua y viento, mientras que el flujo es el contrario cuando más luce el sol, dado el gran —y creciente— peso de la fotovoltaica en España.
En el momento del apagón, Portugal estaba comprando más del 30% de su electricidad en España debido a su precio competitivo, un hecho que subrayó el primer ministro, Luís Montenegro, en la comparecencia que dio aquel lunes en su residencia oficial. Y esto ha desatado un debate en el país sobre si convendría cortar la dependencia energética de los vecinos.
Un camino que, al periodista especializado en Energía, Miguel Prado, le parece equivocado. “La mayor parte del tiempo que importamos energía de España es por una cuestión de precios. Es común tener centrales de gas paradas en el lado portugués mientras importamos de España porque están produciendo una cantidad exagerada de fotovoltaica que es ultracompetitiva en el mercado ibérico”, explica en un podcast de Expresso dedicado al apagón. Prado cifra en 14 millones de euros el sobrecoste que Portugal está pagando por estos días de desconexión, una cifra que abarca hasta este miércoles “Tendremos tiempos desafiantes en el futuro con la desconexión de las centrales nucleares españolas, pero estamos mejor juntos que separados”, zanja.
La voz más crítica ha sido la del exministro de Industria y Energía, Luís Mira Amaral, que lamentó las decisiones políticas tomadas por diferentes Gobiernos que han hecho al país dependiente del vecino. “Entramos en el mercado ibérico de electricidad, donde pasó a ser más ventajoso importar energía española que producirla. Tenemos generadores parados porque es más barato importar que producir”, dijo en una entrevista a la cadena SIC.
Una visión que no comparte la actual ministra de Medio Ambiente y Energía, Maria da Graça Carvalho, que considera que el cierre de las interconexiones ibéricas está demostrando que Portugal tiene independencia energética. “Cuando nos conectamos es porque necesitamos estar en un mercado europeo para poder ir a buscarla donde sea más barata y tener más seguridad en el abastecimiento. Es bueno para nosotros y nuestra pena es no tener más conexiones con Europa”, declaró la semana pasada, tras una reunión virtual con la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen.
Un mercado casi único
A diferencia de lo que ocurre con Francia (y con el resto de Europa) el mercado ibérico está casi plenamente integrado. Hasta el pasado lunes, raro era el tramo horario en el que el precio difería entre España y Portugal; algo que solo ocurría cuando la interconexión estaba saturada y permitía equiparar plenamente los costes a ambos lados de la frontera.
La conexión pirenaica, cortada en las primeras horas del apagón para evitar un contagio en cadena que habría amenazado la estabilidad de la red europea en su conjunto, ha recuperado los flujos de energía entre Francia y España. Y muestra, desde el martes pasado, la pauta habitual: Francia importa electricidad a España en las horas centrales del día, cuando más produce la solar fotovoltaica, y exporta en las noches en las que no hace viento, cuando más réditos le saca a su vasto parque nuclear. Una realidad que contrasta con la interconexión ibérica, paralizada a pesar de que Madrid y Lisboa constituyen, de facto, un único mercado con un solo operador del mercado (OMIE).
Además de provocar una inédita brecha de precios entre ambos países, el fin temporal de las importaciones portuguesas desde el país vecino está aumentando los vertidos de electricidad renovable española. La razón es que la generación sobrante en las horas solares solo tiene una salida, rumbo a Francia, insuficiente cuando la demanda no es lo suficientemente potente como para absorber toda la oferta. Una realidad que queda especialmente patente los fines de semana y los días festivos.
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