V&D, la mayor cadena de tiendas de Holanda, cierra por quiebra

Los grandes almacenes más famosos de Holanda, V&D, cierran tras su quiebra económica y dejan en la calle a cerca de 8.000 empleados. La cadena V&D (acrónimo de Vroom y Dreesman, apellidos de los fundadores), con 60 tiendas en Holanda,  aunque mucho menores en volumen y plantilla es por tradición equiparable a El Corte Inglés en España. Abierta en 1887, la firma fue declarada oficialmente en bancarrota el pasado diciembre, y sus administradores han buscado desde entonces nuevos compradores para evitar el cierre definitivo.

Además de 62 tiendas, el grupo V&D incluye 250 restaurantes denominados La Place, repartidos por Bélgica, Alemania y Estados Unidos. En manos desde 2011 de Sun Capital, una empresa privada estadounidense de inversiones, los sindicatos holandeses atribuyen a su "falta de interés en el futuro del negocio", la situación actual. En 2012, las pérdidas acumuladas fueron de 19 millones, en 2013 de 43 millones, y en 2014, de 49 millones. "Intentaremos buscar una salida para los que se quedan en la calle, pero no podemos inventar empleos", han dicho los responsables de la empresa.

El último intento de salvar a V&D lo ha protagonizado Roland Kahn, dueño de la cadena de ropa CoolCat, que tiene a su vez 6.000 empleados. Con un volumen de ventas propio de 500 millones de euros, Kahn ha admitido que no ha logrado convencer al grupo bancario y asegurador ING sobre la financiación necesaria para cerrar la operación.

Los responsables de ING querían que el empresario pusiera sobre la mesa 110 millones de euros, cifra que él consideró excesiva. "Hemos llegado a la conclusión de que es imposible lograr un acuerdo satisfactorio para todos", ha señalado, al anunciar su retirada. Cabe la posibilidad de que la cadena canadiense Hudson´s Bay alquile ahora algunos locales de V&D para abrir sus propias tiendas.

A finales de enero, la cadena de supermercados Jumbo se hizo con una primera remesa de 62 restaurantes La Place. Aunque la cifra del acuerdo no se hizo pública, pareció que sería posible rescatar luego el grueso del negocio. Este martes, sin embargo, los síndicos han descartado definitivamente dicha posibilidad, y las calles comerciales de Holanda pierden una sus fachadas más reconocibles.