El consumo impulsa la economía alemana, que creció un 1,5% en 2015

Alemania creció en 2015 a un ritmo muy similar al del año pasado. Pero el avance real del PIB, un 1,5% cuando se descuenta el impacto de los precios y se ajusta la diferencia en días laborables, fue también muy distinto al del ejercicio anterior. Porque el consumo privado duplicó su aportación al crecimiento (de 0,5 a 1 punto porcentual), mientras que la inversión (de 0,7 a 0,3 puntos porcentuales) y el sector exterior (de 0,4 a 0,2 puntos porcentuales) aportaron al avance del PIB alemán la mitad que en 2014.

La estimación inicial de cómo evolucionó la economía alemana el año pasado, divulgada ayer por la oficina estadística federal, afianza la importancia creciente del consumo privado en un modelo sesgado en los últimos años hacia la industria exportadora y la inversión. El gasto de los hogares creció el año pasado un 1,9%, el mayor aumento del consumo privado desde 2000 (2,1%).

Al habitual buen comportamiento del empleo en los últimos años —la ocupación aumentó un 0,8%, para superar los 43 millones de trabajadores y la tasa de paro bajó del 7,7% al 6,4%—, se sumó esta vez el incremento de los salarios, muy leve en años anteriores: la remuneración bruta de los trabajadores aumentó un 2,9%, según los cálculos de la agencia federal de estadísticas.

Superávit público

El aumento del empleo y de los salarios elevó la renta de las familias y su predisposición a gastar. Un repunte de la demanda interna que también tuvo su reflejo en el sector exterior. Pese al frenazo del comercio internacional, las exportaciones crecieron a buen ritmo (5,4%), aprovechando la depreciación del euro, pero las importaciones lo hicieron aún más (5,7%).

Lo que no cambia, pese a los llamamientos de la Comisión Europea o del FMI es la apuesta del Gobierno alemán por el equilibrio fiscal. Por segundo año consecutivo, el balance presupuestario arrojó un ligero superávit, equivalente al 0,5% del PIB.