El FMI asume que España cumplirá el objetivo de déficit en 2014

Las previsiones del Fondo Monetario Internacional, que dan un respiro al crecimiento económico de España al mejorar el crecimiento para 2014, también dan un espaldarazo a España en cuenta a la consecución de los objetivos de reducción de déficit, ya que calcula que el desfase presupuestario quedará en el 6,7% este año, solo dos décimas por encima de lo exigido por Bruselas, y bajará al 5,8% en 2014, dentro del límite establecido. El pronóstico es mejor que el que la Comisión Europea publicó el pasado mayo, y que calculaba un déficit del 6,5% para 2013, también por debajo de lo exigido, pero del 7% el año que viene, aunque no contemplaba en ese informe los últimos ajustes aprobados por el Gobierno español, que sí espera lograr el objetivo.

España no cumplirá más adelante: para 2015 el Fondo espera un déficit del 5,0% cuando el objetivo es el 4,2%

La senda, no obstante, se trunca más allá de 2014, ya que para 2015 el Fondo espera un déficit del 5,0% (cuando el objetivo es el 4,2%) y en 2016, cuando teóricamente debería quedar ya en el 2,8%, los técnicos del FMI lo sitúan en el 4,0%. Se trata, aun así, de unas expectativas mejores que las que el Fondo planteaba hace seis meses en la asamblea de primavera, cuando calculó que el desfase aún seguiría en el 6,2% en 2016 y en el 5,6% en 2018. El Fondo, además, no espera que España tenga superávit primario (sin contar intereses) hasta 2017.

La previsión de deuda pública también ha mejorado levemente, pero el volumen que carga España es de tal envergadura que apenas supone un alivio. El pasivo de las Administraciones, que ya se sitúa en el 93% con relación al PIB, crecerá sin tregua hasta 2017, cuando alcanzará el 105,5%, y en el ejercicio siguiente bajará tan solo cuatro décimas, hasta el 105,1%. En primavera, el FMI esperaba que este lastre alcanzara el 110% del PIB en 2018. El dato actual también resulta algo más positivo que en el informe del pasado agosto, cuando se esperaba una deuda pública del 106% en 2017 y 2018.

El Gobierno admite que en 2014 el pasivo rozará el 100%, lo que implica un billón de euros contantes y sonantes que las Administraciones públicas deben y por los que tiene que pagar un volumen de intereses, en cifras absolutas, sin precedentes.