Las siete vidas de un mono

El dibujo sonoro de Modeselektor podría representarse con la parábola de un gato precipitándose desde un tercer piso, envuelto en un tirabuzón imposible y aterrizando de pie. Intacto. El dúo berlinés consigue salir siempre del lío sónico en el que parece que va a meterse en cada compás. Como si nada. En realidad, claro, saben perfectamente lo que hacen con las máquinas. Cuatro años después del lanzamiento de Happy Birthday, su segundo LP, son una de las grandes figuras de la electrónica. "Entre medias, fuimos padres, salimos de gira, fundamos dos sellos... En resumen, en aquel tiempo hacíamos las cosas de forma muy punk, hoy tenemos tour manager y seis personas en el equipo", explica Gernot Bronsert, pese a todo, en el mugriento camerino de una discoteca madrileña, donde el viernes actuaron en para Red Bull Music Academy.

"Hemos atraído a Thom Yorke a nuestro mundo. Y encaja muy bien"

Él y Sebastian Szary, su pareja artística, representan a la perfección el auge de la electrónica inteligente y la consolidación de la música de baile capaz de ofrecer algo más a la pista que una efímera fiesta. "Ese tipo de artista ha muerto, toda su generación. Hubo un tiempo en que todo era demasiado fácil. Iban a Ibiza, pinchaban tres horas, fiesta fiesta, y se marchaban con el dinero. Hoy la gente pide más, hay que compartir con ellos tu pasión", reivindica Gernot, en alusión a los tiempos en que el minimal techno fue la banda sonora del sobreexplotado negocio de la electrónica.

En el mejor momento de su carrera, finiquitado su contrato con BPitch, en lugar de firmar por una de las grandes discográficas que se los rifaba, fundaron su propio sello (en realidad han sido dos). Para hacer las cosas a su manera. Y para promocionar nuevos talentos. "Somos como pequeños científicos, nos encanta observar lo que va creciendo poco a poco", dicen. Y Monkeytown, su último trabajo (se llama como su sello y subraya su obsesión estética por los monos), ha resultado una compacta y brillante mezcla de géneros que recorre, a modo de signo de los tiempos, los últimos destellos dubstep, el techno y cierto hip-hop. Berlineses hasta la médula ("la ciudad tiene muchas cagadas de perro, pero ha permitido a mucha gente sobrevivir haciendo lo que le gustaba", matiza Sebastian), al final su música acaba rezumando un aroma de club británico. "De ahí proceden muchas de nuestras influencias. Y nos honra que en Reino Unido nos acojan tan bien siempre. La escena electrónica ahí no permite que la gente entre o salga demasiado", señala Gernot mientras Sebastian lo remarca: "Es una isla para todo".

Un inglés que les ha acompañado desde el principio, ahora en dos temas del álbum, es Thom Yorke. Y, en parte, ellos son responsables de la fiebre que le ha entrado al líder de Radiohead por la electrónica. "Somos muy amigos, nos conocemos desde hace 10 años. Él viene de las guitarras, nosotros del techno... nos tenemos mucho respeto. Le hemos atraído hacia nuestro mundo, y creo que encaja muy bien". El camino inverso que ha recorrido Apparat, con quien compartieron durante tres años el proyecto Moderat y del que anuncian que habrá secuela para 2013.