El camino es de color verde

Incansable apóstol de la economía verde, Jeremy Rifkin lleva años predicando la urgente necesidad de poner en marcha la tercera revolución industrial. Su causa adquiere a veces tintes proféticos. Hace cuatro años, en una conferencia pronunciada en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Madrid, el economista estadounidense llamó la atención sobre los cuatro problemas estructurales que, según él, afrontaba el mundo en el comienzo del siglo XXI: el cambio climático, la deuda creciente, el aumento de la inestabilidad política en Oriente Próximo y los altísimos precios del petróleo. Juzguen ustedes.

Rifkin opina que la civilización se encuentra en una encrucijada. Los combustibles fósiles y las tecnologías alimentadas con esas fuentes de energía están en declive, y con ellos toda la economía. El paro aumenta a niveles insostenibles. Los Estados, las empresas y los consumidores están asfixiados por las deudas, y el nivel de vida de la población occidental cae en picado. Para empeorar las cosas, el cambio climático se cierne sobre nosotros como una amenaza cada vez más real.

Para el autor, resulta evidente la necesidad de una nueva economía que conduzca al mundo hacia un futuro más equitativo y sostenible. La tercera revolución industrial, fruto de la fusión entre las energías renovables e Internet, es el camino. En este su último libro, Rifkin traza la trayectoria más probable de esta revolución en las próximas cuatro décadas e identifica los obstáculos y las oportunidades que se presentarán durante la travesía para naciones y las comunidades locales.