Madrid rendirá homenaje a Antoñete con una calle

La afición se volcó con el maestro, con su maestro, y sacó en volandas por última vez a Antonio Chenel Antoñete por la puerta grande de Las Ventas. Durante toda la mañana toreros como Curro Vázquez, Enrique Ponce, Miguel Abellán, Cayetano Rivera, Julio Aparicio, padre e hijo, Fernando Robleño, Frascuelo, Antonio Ferrera, Rafael Rubio Rafaelillo, Víctor Puerto, Vicente Ruiz El Soro o Victoriano Valencia pasaron a despedirse de un torero de época. Muchos se quedaron para acompañerle al cruzar la puerta de los sueños. "Torero de toreros", repitieron la mayoría de ellos para destacar su figura.

Sin embargo, faltaron, sin aparente justificación ahora que ha terminado la temporada y no tienen contratos en América, algunos de los toreros del momento: Julián López El Juli, José María Manzanares, Manuel Jesús El Cid, José Tomás y Morante de la Puebla.

Poco antes de las cuatro de la tarde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, impuso al torero, a título póstumo, el máximo galardón de la región, la Gran Cruz del Dos de Mayo. La recogió su hijo de 12 años, Marco Antonio Chenel Bocos, todo un ejemplo de entereza. En el cementerio de la Almudena esperaba Manuel Cobo, el vicealcalde, para anunciar a los más allegados que se acababan de iniciar los trámites para que una calle de la capital llevase el nombre del matador. "Es lo menos que podemos hacer para recordar a un símbolo de la ciudad". El cantante Jaime Urrutia lo destacó como "el torero de la movida".