Rajoy pide "libertad" pero con cautela

La política está ya lanzada a la campaña electoral, y todos los candidatos andan con pies de plomo. En especial Mariano Rajoy, que basa toda su estrategia en intentar no pisar muchos callos. Aun así, con el asunto de los toros, que ha entrado en tromba precisamente en la recta final del periodo preelectoral, es casi imposible no mojarse un poco, dada la intensidad con la que se defienden las dos posiciones.

Con la cautela que le caracteriza, Rajoy hizo ayer un intento por usar términos suaves y no calentar a los antitaurinos, especialmente en Cataluña, comunidad prioritaria donde el voto anti-PP ya le hizo perder las elecciones en 2008. El líder de la oposición trasladó la responsabilidad del futuro de los toros en Cataluña al Tribunal Constitucional, ante el que su partido ha presentado un recurso contra la decisión del Parlamento catalán de abolir la lidia en esta comunidad.

Mientras llega esa sentencia del Constitucional, que puede tardar años -siguen pendientes otras claves como el matrimonio homosexual o el aborto- Rajoy tiene mucha presión en su partido y su electorado para hacer algo que devuelva los toros a Cataluña. Así que ha encargado un informe a expertos juristas que trabajan para el partido con un objetivo: dilucidar qué pasaría si, en caso de llegar al poder, el PP promoviera en el Congreso una declaración de la lidia como bien de interés cultural. No está claro si esa decisión de las Cortes alteraría lo que ha decidido a su vez el Parlament, ya que las comunidades tienen transferidas estas competencias. Para eso se ha encargado el estudio.

En cualquier caso, y mientras el Gobierno del PSOE se mantiene en un segundo plano, Rajoy no pudo evitar lanzar un guiño al mundo protaurino. No dejó muy claro qué hará el PP con este asunto, pero sí sentenció: "En cualquier caso, a mí no me gusta gobernar a base de prohibiciones. Creo en la libertad".