Vidas prometidas
Narrativa. A un escritor de relatos -solo, nada menos- tan perseverante como el granadino Guillermo Busutil, bien poco le ha de importar, supersticiones de tierra aparte, que le hayan salido trece espléndidas trece vidas prometidas, aunque se cure en salud, como andaluz cabal que es, insertando entre algunas de aquellas una suerte de codas, pórticos y, al final, un breve epílogo, que es toda una declaración de principios y también algo así como un microrrelato. Insertos que quizás rompan el maleficio del número maldito, trece. Vidas, algunas, que provienen del vientre de la infancia, acaso de la suya propia, o de un igual: ese relato de rito de iniciación a todo lo por venir con el que abre el abanico: el fútbol, el momento de ponerse delante del portero. Un hermosísimo grito en defensa de las pequeñas cosas del campo, del amor por lo sencillo, por las palabras que oyes -a los mayores-, por los libros que descubres -solo, a la hora de la siesta- es esa historia del niño atado a la pata de una mesa de cocina, donde trajina la abuela, que de ser autobiográfica cualquier lector le envidiaría. Frente a lo sencillo, lo rural, la vida en la ciudad. Las imposturas de lo moderno. La vida programada, esa mano de cal que tapa nuestra propia calavera: esa familia cuadriculada en sus rutinas de marca y de lujo hasta lo imposible. O la selva del trabajo -si lo hay- donde no sobreviven los mejores, sino los que venden su alma al diablo de la ambición, del poder, de la corrupción: ese periodista de radio -que se cuela, o se colaba, por los transistores de otras casas, de otras vidas, de otras historias- o ese redactor de discursos de un político que reconoce a tiempo, tras unos avisos, cuando hay que frenar, si se consigue. Las vidas prometidas son las que se sueñan o se padecen: un amor imposible de COU o un parado sin futuro y final feliz (parecen salidos de un cuento de hadas, con príncipe). Las vidas, todas iguales, todas diferentes, en esta tela de araña que teje tan espléndidamente Busutil: trece, sí, con codas, y un epílogo: en éste se resumen todas, o algunas.
Vidas prometidas
Guillermo Busutil
Tropo. Zaragoza, 2011
186 páginas. 17 euros
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Últimas noticias
Muebles salvados, cada vez menos
Resultados de las elecciones presidenciales de Chile 2025, en vivo | Kast aventaja en 20 puntos a Jara con el 25% escrutado
Morena y Verde se dividen en SLP por una reforma que beneficia a la esposa del gobernador
Alavés - Real Madrid en directo | El equipo blanco gana y salva una situación crítica
Lo más visto
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- El “canibalismo interno” se extiende en el PSOE a la espera del día después de Sánchez
- El Ayuntamiento de Valencia y el Levante piden a LaLiga aplazar el partido contra el Villarreal por las fuertes lluvias
- Rusia eleva la presión sobre la UE con una demanda para evitar que financie a Ucrania con sus activos congelados




























































