Borrando huellas
La notoriedad, ser un personaje público tiene, en las redes sociales, ventajas e inconvenientes. De los inconvenientes puede hablar con conocimiento de causa @gerardoconderoa, al que se le ocurrió comentar en Twitter, dando un toque humano después de las presumibles proclamas políticas: "Y curiosidad. Control de alcoholemia a la salida del hotel Castro, dirección Santiago". Pero lo que en un tuitero anónimo sería un guiño de colaboración ciudadana, en un concejal que pretende ser alcalde queda tan raro como un inspector de Haciendo dando consejos sobre cómo evadir impuestos (ya hay precedentes).
El caso es que, como suele suceder, o como se suele esperar que suceda en las redes sociales, que para eso están, el asunto corrió como la pólvora, y no para celebrar el ánimo colaborativo del candidato a alcalde. "Conde Roa se pasa de frenada", fue un comentario varias veces difundido, entre otros más duros como el de @jorgexpa: "Delirium tremens: Conde Roa chivandose por el twitter de un control de alcoholemia". @gerardoconderoa reaccionó borrando su comentario original, pero en Internet es difícil, o imposible, esconder la mano después de haber tirado la piedra. Además, ya antes había tenido su minuto de gloria (negativa) cuando sugirió que la Sala Nasa era "una fábrica de terroristas". En el mundo 2.0 no toda notoriedad es buena, y quizá por eso Nuevas Generaciones pone anuncios a toda plana supuestamente anónimos en los periódicos, y por eso otros anónimos se cargan las cristaleras de los periódicos. Nada como el tronío coruñés de toda la vida, haciendo el bien sabiendo a quien: @CarlosMarcosB: "Colas para hacerse con aceite de Unión Coruñesa" (?) y @unagrancoruna: "Javier Losada entrega personalmente las camisetas de 'Coruñeses del año' a los ganadores del 'Coruñómetro'".
@sihomesi
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