Inmigrantes 'sin papeles': ¿empadronarlos o expulsarlos?

Peguntas directas. Respuestas claras. Así es esta sección en la que, desde hoy y hasta el día de las elecciones (22M), se interrogará a los candidatos, municipales o autonómicos, sobre su postura en asuntos concretos. Hoy responden los tres principales aspirantes a alcalde de la capital. ¿Tiene alguna pregunta para sus candidatos? Envíe un correo a eleccionesmadrid@elpais.es

ALBERTO RUIZ-GALLARDÓN. PP: "No empadronar propicia la marginalidad"

El padrón municipal debe ser reflejo de la realidad de las personas que viven en la ciudad. Negar el empadronamiento es engañarnos acerca de esa realidad. Además, propicia la marginalidad, al impedir el acceso a servicios básicos. No es competencia municipal decidir si alguien debe encontrarse en nuestro país o no. Para eso está la Ley de Extranjería. Lo que un Ayuntamiento sí puede hacer -aun cuando el Gobierno no aporta los medios que debería- es favorecer su integración mientras esté entre nosotros.

JAIME LISSAVETZKY. PSOE: "En un Estado de Derecho no cabe insumisión"

En un Estado de derecho hay que cumplir escrupulosamente la ley. No cabe insumisión, especialmente en los poderes públicos. Soy un defensor convencido de los derechos humanos. Un inmigrante deberá ser expulsado o empadronado según marque la ley, pero cuando una persona -con o sin papeles- esté en suelo español, tiene derechos, y el Estado, obligación de garantizarlos. Todo ser humano tiene unos mínimos derechos, de acogida, de asistencia social, sanitaria y educativa, de reinserción.

ÁNGEL PÉREZ. IU: "Creo en el control de entrada y en actuar en origen"

El empadronamiento ya se incluía en la Ley de Derechos y Libertades de los Extranjeros de 1997. Nosotros no somos partidarios de la expulsión. La política del Gobierno ha sido cínica. Creo en el control de entrada, en acuerdos con los países afectados y en actuar en origen para evitar que se emigre. Considero que es inmoral responsabilizar a los débiles de un orden internacional que genera sus migraciones. También los futbolistas de élite compiten con los futbolistas nacionales y nadie plantea echarles.