El PSOE veta la propuesta de Gallardón de penalizar a los coches diésel

La propuesta del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, para penalizar fiscalmente a los vehículos diésel, que emiten hasta seis veces más partículas que los de gasolina, no salió adelante ayer en la votación final de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). El PSOE votó en contra en la comisión ejecutiva, pese a que hace apenas 15 días el plan fue aprobado por unanimidad en una comisión técnica. La de ayer fue la última ejecutiva antes de las elecciones municipales. "No es el momento de ejercer mayor presión fiscal", aseguró el portavoz del PSOE en la FEMP, Ramón Ropero, que calificó la propuesta de "oportunista" y recaudatoria.

Gallardón pretendía pedir al Gobierno que modifique el impuesto de circulación (cambiando para ello la Ley de Haciendas Locales) para penalizar a los coches más contaminantes y los más caros. La propuesta incluía aplicar dos coeficientes: el "medioambiental", que variaría en función de las emisiones de CO2, de dióxido de nitrógeno y de partículas -podría reducir a la mitad el impuesto o doblarlo, según el vehículo-, y el de "precio", en función del importe que paga el usuario cuando se compra un coche nuevo. Cada Ayuntamiento, dependiendo de sus problemas de contaminación, podría adaptar los coeficientes para penalizar más a unos coches o a otros. Madrid, por ejemplo, suspende en dióxido de nitrógeno.

La ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, dio la razón ayer a la FEMP. "Sostenibilidad no es igual que fiscalidad", aseguró durante la firma de un protocolo de mejora de la calidad del aire entre el Ministerio y los alcaldes, que es más un documento de intenciones que una serie de propuestas concretas.